domingo, 25 de septiembre de 2011

El Liverpool de los Beatles (y 4): Penny Lane, Strawberry Field

No se esforzaron mucho los Beatles en hacer publicidad a su ciudad natal. La palabra Liverpool no se pronuncia en sus canciones, ni abundan las referencias a los lugares de infancia. Dado el vuelo que cogieron sus letras con los años, tampoco hacían falta guiños provincianos a los vecinos. Pero John y Paul quisieron, en su mejor momento creativo, inspirarse en sitios de su niñez. Y estas dos notables excepciones son las que inspiran este último capítulo de nuestro recorrido por la orilla del río Mersey. Los resultados son dos temas inmortales que se corresponden con dos lugares mágicos: Penny Lane y Strawberry Field, sí, sin la ese final. Estuvimos allí.


Por qué les dio esa nostalgia cuando estaban en la cumbre es más que comprensible, una señal de madurez. Eligieron lugares muy significativos. Vamos a verlo.

En otoño de 1966, Lennon realiza su primer proyecto al margen de los Beatles: rueda en Almería una película llamada How I won the war. Al verse solo en un hotel del sur de una España entonces muy palurda, en una zona desploblada y desértica, mucho antes de que los mares de plástico tomaran ese paisaje, John recordó su infancia y compuso uno de sus mejores temas: Strawberry Fields Forever. La película pasó sin pena ni gloria, pero valió la pena esta nueva estancia de John en España, dos años después de sus conciertos en Madrid y Barcelona. En noviembre se grabó el tema, para el que se utiliza un hipnotizante melotrón como el que llevaban los Moody Blues. La canción, de una estructura musical muy compleja, sorprendió a todos y sirvió para romper muchos prejuicios sobre la supuesta simpleza del pop. Es una de las mejores melodías de todos los tiempos.




Strawberry Field. El nombre era el del orfanato del Ejército de Salvación adonde la tía Mimi llevaba a John a jugar de niño. Un John que no era exactamente huérfano, pero a quien no pudo criar su madre, estaba en su salsa con los demás chiquillos hasta que se Mimi se lo llevaba a casa, a menudo sufriendo su pataleta porque quería quedarse a dormir. No debía: él sí tenía un hogar. Lamentablemente, no queda nada del caserón victoriano original, aunque sí la valla que lo rodea y sus jardines. Las rejas rojas fueron recuperadas de la basura y vueltas a poner su sitio ante la protesta de los fans. Hoy el lugar es muy silencioso. Un remanso de paz. Salvo cuando pasa un coche por la estrechísima calle y casi atropella al turista despistado. Aquí "no hay nada por lo que preocuparse", cantaba John, porque nada es real.



El otro tema nostálgico tiene la huella de Paul McCartney, aunque afirman que la letra la hicieron a medias. En ella retrataron cada rincón de una calle situada en el centro del universo Beatle: Penny Lane. Una calle comercial de la periferia, céntrica en su barrio, cruce de caminos cercano a los lugares donde se criaron John, George y Paul, nombrada así en honor a un jefe esclavista, por lo que hubo propuestas para cambiarle el nombre. El temazo de Paul, porque suena absolutamente al mejor Paul, lo impidió. Todo sigue en su sitio en Penny Lane como lo cuenta la canción.

"En Penny Lane hay un barbero enseñando las fotografías
De todas las cabezas que ha tenido el gusto de conocer
Y toda la gente que viene y va
Se detiene a saludarse"


"Tras la marquesina, en medio de la isleta,
la guapa enfermera esta vendiendo amapolas en una
bandeja". A la enfermera no la vimos.


"Penny Lane está en mis ojos y en mis oídos.
Allí, bajo los azules cielos de barrio".

Strawberry Fields y Penny Lane formaron en 1967 las caras A y B del que probablemente es el mejor single de los Beatles en toda su carrera. Por esa época estaban en su máximo momento de creatividad, tanto que los dos temas gloriosos de este single (y del anterior con Yellow Submarine y la preciosa Eleanor Rigby) se quedaron fuera del álbum que en ese momento estaban preparando: Sgt. Pepper's Lonely Heart Club Band. Dado que ese es el mejor álbum de la historia (la crítica es casi unánime), asombra pensar que les sobraba material de primer nivel. Luego los dos temas nostálgicos de este post fueron repescados en Magical Mistery Tour, un proyecto que unió material nuevo y reciclado que, extrañamente, no funciona como álbum (mucho menos como película) aunque contiene algunas de las mejores canciones nunca escritas. Pero es que esas ya las conocían los fans. Entre ellas este Penny Lane con el que nos despedimos de esta encantadora ciudad y sus imborrables recuerdos.



Si queréis conocer más sobre Liverpool, o vais a ir allí y queréis orientaros bien, recomendamos el libro The Beatles' Liverpool. The complete guide (aquí en Amazon) escrita por Ron Jones, un veterano músico local que cuenta un sinfín de anécdotas que vivió de cerca en aquellos años locos. Un tiempo que hemos tenido el privilegio de visitar en nuestras mentes mientras nuestros pies recorrían sus lugares. Hasta siempre, L'pool.

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