Le ha dado a El País por vender discos de los Beatles, que ya los teníamos, faltaría más, pero agradecemos a ese periódico que fomente la escucha de su magnífica obra por nuevas generaciones, o su repaso por quien los conocía pero no tenía su colección para empaparse de ella. Con este motivo, con cada entrega se ha publicado una crítica de cada disco, y aquí recopilamos las de Ricardo de Querol, que ya sabéis que tengo debilidad por él. Son seis críticas que ahí van:
Rubber soul: la primera cumbre
En otoño de 1965, a su regreso de una agotadora gira por Europa y Estados Unidos, los Beatles tenían poco tiempo para tener listo un disco para Navidad. La presión de una Beatlemanía insaciable, el frenético ritmo que imponía la industria, no era el mejor modo de conseguir una obra maestra. Sin embargo, Rubber soul es uno de los mejores discos de su carrera, el más perfecto que habían hecho hasta ese momento. El álbum muestra a unos Beatles maduros que toman el control de su sonido y de su carrera. Ya no explotan el pop fresco y encantador, pero intrascendente, de sus inicios. Como se apuntaba ya en Help!, sus inquietudes son otras (lee aquí el artículo completo).
Magical Mystery Tour: delicioso postre de la psicodelia
En 1967 estaban pasando cosas difíciles de asimilar incluso para una banda como The Beatles, que habían llegado a la cima y encadenado varias obras maestras en apenas cinco años desde su primer éxito. Componían a destajo: de las sesiones de Sgt. Pepper's se descartó material valiosísimo, parte del cual fue saliendo en forma de single. Los Beatles tenían montones de buenas canciones y ganas de seguir experimentando. El resultado fue Magical Mystery Tour (lee aquí el artículo completo).
Let it be: los Beatles que habrían sido en los 70
Es chocante recordar ahora que el último disco publicado por los Beatles iba a llamarse Get back (Vuelve) y que no estaba pensado para ser el final, sino el principio de una nueva etapa. Los Beatles de los años setenta iban a volver a salir de gira, después de tres años retirados de los escenarios. Ese era el plan de Paul McCartney, que entonces llevaba las riendas del grupo. Pero no hubo Beatles ya en los setenta. (...) Es un álbum especial y extraño, porque es la obra de una banda en descomposición y se percibe esa tensión, pero está lleno de grandes canciones e incluye uno de los momentos clave de la historia del rock: el concierto (cinco canciones, 42 minutos) en la azotea de las oficinas de Apple en Londres el 30 de enero de 1969 (lee aquí el artículo completo).
Past Masters: lo que faltaba de los Beatles
¿Creía usted que tenía la discografía completa de los Beatles con los 13 álbumes que editaron en el Reino Unido entre 1962 y 1970? Entonces no tiene Hey Jude. Fue uno de los intentos más serios de Paul McCartney, en un momento de máxima autoexigencia, de crear la canción perfecta. (...) Hey Jude, de 1968, es un emocionante himno de siete minutos cuya coda (el nanananá) aún corea de forma insistente el público de los conciertos de McCartney. Es discutible que supere a Yesterday, pero igualmente figura entre las mejores canciones de la historia. Como tantas maravillas de los Beatles, no entró en ninguno de sus LP y solo salió como single (fue el primero bajo el sello Apple). El fecundo talento de Lennon y McCartney desbordaba el ritmo de dos LP al año que imponía el negocio. El doble CD Past masters recuperó en 1988 esos sencillos, los EP y algunas rarezas para completar la discografía oficial de la banda (lee aquí el artículo completo).
Love: la última frontera, el circo
Hasta muchas décadas después de rota la banda en 1970 no fue posible la primera remezcla autorizada de su material. Y se hizo para abrir una nueva frontera para la música de la banda: el circo. ¿O deberíamos decir el teatro? Las dos cosas: el Circo del Sol. Love es una muy novedosa mirada actual a las canciones de los Beatles en las manos del productor de casi todos sus álbumes, George Martin, junto a su hijo Giles. Ambos consiguieron, tras tres años de trabajo, crear un paisaje sonoro de hora y media sin apenas interrupción (la del descanso), que va ensamblando y modificando algunas de sus canciones más memorables para el ambicioso espectáculo que el Circo del Sol estrenó en 2006, y continúa representando con éxito, en Las Vegas. Es música pensada para un sonido envolvente y al servicio de un bello espectáculo... (lee aquí el artículo completo)
Puedes leer aquí las 17 críticas de los 17 álbumes de los Beatles en El País.