sábado, 3 de agosto de 2019

Muse en el Wanda: abrumador, retrofuturista y un poquito populista

No nos perdemos los grandes conciertos, ya lo sabéis. Y Muse, una de las bandas más diferentes, más potentes y más controvertidas del rock del fin del siglo XX y lo que llevamos de siglo XXI, paró el viernes 26 de junio en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid, allí estuvimos. No podemos evitar unos sentimientos ambivalentes ante el grupo británico (de Teignmouth, suroeste de Inglaterra). Tienen un punto extravagante, pretencioso, que a muchos irrita. Pero su rock tiene épica auténtica, momentos emocionantes, canciones intensas. Y su líder, Matt Bellamy, tiene un gran nivel como autor, como cantante (operístico, domina un alto rango y llega a notas altísimas) y como guitarrista, habilidoso y contundente. Decíamos que son extravagantes, y a la vez brillantes. Que exageran lo que pueden exagerar. Y que sus canciones parecen diseñadas para el rock de estadio, con momentos que invitan al público a corear. ¿Populistas?
Por ejemplo aquí en Uprising.



El espectáculo desplegado en el Wanda fue convincente, aunque desde nuestra posición en la grada lateral alta el sonido llegaba muy débil. Con ese pero, nos fuimos con la sensación de que todo el espectáculo estaba bien planificado con profesionalidad y talento. El sonido es casi idéntico al de los discos, y eso revela la solvencia de los tres músicos, pero habríamos agradecido algo que pueda parecer improvisado, menos esconsertado. Y a menudo el espectáculo (hombres con luces, robots gigantes, un monstruo hinchable) parece imponerse a lo musical, cuando tienen repertorio de sobra. Sigue leyendo que hay mucho que comentar.