Nos acaban de regalar una buena colección de fotos inéditas de los Beatles entre los años 64 y 66, los del éxito meteórico, las limusinas, la histeria de las fans, las giras alrededor del mundo, los primeros estadios abarrotados. Son obra de Harry Benson y podéis ver nueve de ellas pinchando aquí en el diario The Guardian. El fotógrafo tiene otras 12 imágenes colgadas en la web Taschen, donde parece que se puede encargar su libro, en edición numerada, por 500 euritos de nada, que son una calderilla. Benson, escocés de Glasgow, puede presumir de haber retratado a las grandes personalidades del siglo XX, desde Robert Kennedy o la reina Isabel a Elizabeth Taylor y Michael Jackson. Pero sobre todo retrató a los Beatles, con los que se reunió al inicio de su carrera con motivo de un reportaje en Francia por una de sus primeras giras. Harry contectó y logró mantener una estrecha relación personal con los cuatro fabulosos. Esto le permitió retratarlos en la intimidad como nadie ha vuelto a hacer. Suya es una estampa que causó gran impacto con los gamberros del flequillo en plena guerra de almohadas en el hotel George V de París. Aquí puedes ver la secuencia completa. Los Beatles son también esto: iconos de la cultura pop. A ello ayudaron mucho grandes figuras, menos conocidas que ellos, que estaban detrás de los objetivos que les retrataban de esta guisa. Muy bueno lo tuyo, Harry.
"No hubiera querido ser recordada como un ejemplo moral, una sacrificada a no se sabe muy bien qué Dios terrible". Lo ha escrito sobre Janis Joplin el muy citado Diego Manrique en su blog de El País. Una interesante reflexión sobre el abismo entre la chica y el mito. Porque el artista que muere joven, y deja un bonito cadáver como decía James Dean, se acaba convirtiendo en símbolo de cosas que a lo mejor no quería representar.
"En los setenta y los ochenta me encontré con demasiadas fans de Janis,
todas pertenecientes a la variedad melodramática. Veneraban a la Janis
sufridora, a la que consideraban una mártir del machismo del rock.
Construían pequeños altares a la difunta, recitaban poemas entre
suspiros", escribe Manrique. "La suya, la victimista, era una lectura posible pero me temo que reduccionista" (aquí su post, Santa Janis de las Desesperadas).
Cierto. Janis era un ciclón de talento y personalidad, pero no una sufridora. Más bien fue alguien que vivió a tope un tiempo "libérrimo", el de la explosión hippy en el San Francisco de los últimos 60. Y fue solo su personalísima forma de cantar, su descaro en el escenario, su abrumadora presencia, los que hicieron de ella una de las grandes figuras femeninas de la historia de la música.
Como otras figuras de esa década loca, de gran creatividad pero también de excesos un tanto inconscientes, Janis no cumplió los 28. Por eso se la encuadra, con Brian Jones, Jimmy Hendrix y Jim Morrison, en el 'club de los 27', los jóvenes mártires de la escena rock, todos desaparecidos en torno a 1970, cuando se proclamaba que el sueño ha terminado.
¿Mártir? Su muerte fue "un error, un desliz fatal", escribe Manrique. "Se hallaba sola en su habitación, sin la precaución de hacerse acompañar
por alguien con suficiente experiencia para enfrentarse con una
sobredosis". En esta tragedia no había "nada predestinado, ningún deseo de muerte”.
Janis tenía una voz y un estilo desgarradores. No hace falta convertirla en santa para que te emocione, por ejemplo, este glorioso Summertime. Nosotros seguiremos adorándola porque su voz rota nos pone la piel de gallina, y somos conscientes de que la suya tampoco fue una vida ejemplar. Su obra sí. Lo demás importa menos.
-¿Qué dirías de formar los Beatles-La Siguiente Generación
con Sean Lennon, Dhani Harrison y Zak Starkey?
-No creo que sea algo que le interese a Zak.
Quizás Jason [otro de los hijos de Ringo Starr] querría
hacerlo. Yo sí. Parece que a Sean le gustaría, y a Dhani. Yo estaría
feliz de hacerlo.
-¿Lo han discutido?
-Sí, un poquito.
-¿Crees que podría ocurrir?
-Sí, ojalá naturalmente. No sé, hay que esperar a
ver. La voluntad de Dios, el respaldo de la naturaleza, supongo. Así
que sí, tal vez.
El que habla es James McCartney en una entrevista con la BBC, y Dios, que se sepa, no se ha pronunciado sobre si bendice estos peculiares Beatles junior. Los medios le han despellejado por llegar a proponer ese sacrilegio a la memoria de sus mayores. El Daily Mail se cachondeaba de ello con esta imagen de Jason, Sean, James y Dhani a lo Sgt. Pepper. Ninguno de ellos, que sepamos, es un músico sobresaliente que merezca comparación con sus progenitores. Así que no, no es buena idea, pero tampoco la tomen con estos chicos que no saben cómo comportarse para estar a la altura del mito que tenían en casa.
El que debuta ahora es James, hijo de Paul. Y resulta que el chico quiere hacer carrera musical, pero ha tardado en lanzarse porque se sentía aplastado por su ilustre apellido. Lo hace ya talludito y suena así:
Cuenta El País que "el timidísimo James McCartney, hermano menor de la fotógrafa Mary y la diseñadora Stella, no ha osado publicar su primer disco hasta ahora, a los 34 años". Enfrentado a su padre desde la muerte de su madre Linda, porque Paul tardó demasiado poco en emparejarse de nuevo con Heather Mills (quien luego le desplumó), James se refugió en el anonimato y llegó a trabajar de camarero. Ya se sabe que Paul quiso llevar a sus hijos a colegios públicos para darles una vida normal y evitar que se críen en burbujas de ricos. Así que no nos extraña nada. Lo llamativo es que James dice que quiso tocar la guitarra no por lo que vio en casa, no, qué va, sino viendo a Michael J. Fox versionando a Chuck Berry en Regreso al futuro.
Aquí estamos con nuestro blog sobre los Beatles, los 60 y la buena música de todos los tiempos. Esta familia melómana quiere compartir con vosotros la banda sonora de nuestras vidas. Nuestros hijos nos están creciendo según nos acompañan en este viaje a la década prodigiosa en la que nacieron sus padres y de la que nunca despertaremos.
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