martes, 31 de diciembre de 2019

Las 14 mejores canciones de 2019 y una más: Santana y Buika, Vampire Weekend, Raconteurs, Eilen Jewell y mucho más

 


Os hemos hecho esperar, pero no podíamos dejar pasar nuestro repaso anual a las canciones que nos han emocionado en este año 2019 que acaba de terminar. Hemos oído mucho y muy variado. Ha sido un año que nos ha traído el regreso de muchas bandas y solistas que estábamos esperando, pero también hemos descubierto muchas cosas nuevas que merecen la pena. Otros años hacíamos 10 canciones. Pero esta vez nos salen más, y eso es muy buena señal. Y nos salen muchas mujeres, por cierto. Otros años no ha pasado igual, pero es que hay grandes músicas pisando fuerte y ya era hora de que aquí lo reconociéramos. Avisamos que esta lista es muy personal, y no aspira a competir con las de la prensa especializada. Vamos a nuestro aire y elegimos lo que nos pone la piel de gallina. De muchas no encontramos videoclip, pero es que ya sabéis que no siempre elegimos los singles. Allá vamos:

1. Santana y Buika: Yo me merezco

Ya escribimos un post sobre la extraña alianza entre Santana, venerado guitarrista, y Buika, voz entre el flamenco y lo afrocubano. Se unieron a ver si salía alguna canción y les salió un disco entero. Que es irregular pero tiene esta joya, que une a la mejor Buika, cantando con toda el alma, y un guitarreo psicodélico como los que Santana hacía en los 60 y 70.



2- Vampire Weekend (feat. Danielle Haim). Hold You Now.


Estos chicos de Vampire Weekend, de los que no hemos escrito mucho por aquí, han sacado un pedazo de disco llamado Father of the Bride, luminoso y alegre. Sabéis que tenemos devoción por los arpegios bonitos acompañados de buenas voces, en este caso dos, la invitada es Danielle Haim. También hay un coro que canta en lengua melanesia. cosas de la World Music. Se nota la huella de Paul Simon, pero con más alegría. Este Hold You Now es lo que más hemos escuchado en los últimos meses del año y merecía estar aquí en el podio.



3.  The Raconteurs. Somedays (I Don’t Feel Like Trying)

Ya teníamos ganas de recuperar al mejor Jack White, guitarrista que no siempre cumple nuestras elevadas expectativas. Su último disco en solitario, el experimental Boarding House Reach, nos había decepcionado profundamente. Pero he aquí que vuelve a juntarse con The Raconteurs, uno de sus muchos proyectos paralelos, y oye, ahora sí, esta es la guitarra que queríamos oír, este es el sonido que nos conmueve. A White le sienta bien la compañía de Brendan Benson, yo diría que frena sus rarezas y le pone los pies en el suelo. Este Somedays que canta Benson nos recuerda mucho a los Lynyrd Skynyrd y su Tuesday's Gone, pero es un temazo redondo. También podíamos haber puesto en esta lista otros temas más cañeros, como Sunday Driver o la que da nombre al disco, Help Me Stranger. Reencuentro feliz con uno de nuestros favoritos.




Sigue leyendo que tenemos mucho más.


sábado, 3 de agosto de 2019

Muse en el Wanda: abrumador, retrofuturista y un poquito populista

No nos perdemos los grandes conciertos, ya lo sabéis. Y Muse, una de las bandas más diferentes, más potentes y más controvertidas del rock del fin del siglo XX y lo que llevamos de siglo XXI, paró el viernes 26 de junio en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid, allí estuvimos. No podemos evitar unos sentimientos ambivalentes ante el grupo británico (de Teignmouth, suroeste de Inglaterra). Tienen un punto extravagante, pretencioso, que a muchos irrita. Pero su rock tiene épica auténtica, momentos emocionantes, canciones intensas. Y su líder, Matt Bellamy, tiene un gran nivel como autor, como cantante (operístico, domina un alto rango y llega a notas altísimas) y como guitarrista, habilidoso y contundente. Decíamos que son extravagantes, y a la vez brillantes. Que exageran lo que pueden exagerar. Y que sus canciones parecen diseñadas para el rock de estadio, con momentos que invitan al público a corear. ¿Populistas?
Por ejemplo aquí en Uprising.



El espectáculo desplegado en el Wanda fue convincente, aunque desde nuestra posición en la grada lateral alta el sonido llegaba muy débil. Con ese pero, nos fuimos con la sensación de que todo el espectáculo estaba bien planificado con profesionalidad y talento. El sonido es casi idéntico al de los discos, y eso revela la solvencia de los tres músicos, pero habríamos agradecido algo que pueda parecer improvisado, menos esconsertado. Y a menudo el espectáculo (hombres con luces, robots gigantes, un monstruo hinchable) parece imponerse a lo musical, cuando tienen repertorio de sobra. Sigue leyendo que hay mucho que comentar.

domingo, 30 de junio de 2019

La primera entrada de Irene es un bonito cartel para el blog

Nuestra querida Irene ha hecho este bonito cartel para el blog. Y como ya sabés que este es un blog familiar, le damos mucho la bienvenida a nuestra artista. Y estamos orgullosos de que esta beatlemanía se transmita de generación en generación. Gracias, Irene.

Sean Ono Lennon recomienda nuestro blog (al menos le gusta un post en Twitter)

Perdonad el autobombo: hace unos días escribíamos sobre Sean Lennon y su nuevo proyecto, The Claypool Lennon Delirium. Como hacemos siempre, publicamos un tuit para difundirlo. Bueno, pues no esperábamos que el mismísimo Sean marcara que le gusta en Twitter. Eso es todo. Este no es el blog que recomienda Sean Lennon, pero casi: es el blog que escribió un post que se menciona en un tuit que le gusta al hijo de John Lennon. No esperábamos más. Bueno, sí, nos gustaría que nos siguieran Ringo Star, Paul McCartney o Yoko Ono, que son muy tuiteros los tres. Tiempo al tiempo. Saludos, Sea, y gracias por darnos a conocer.





sábado, 29 de junio de 2019

Santana, Buika y África se lo merecen: una bendita descarga de magia y rock tropical


Reaparece Carlos Santana, el muy influyente guitarrista que siempre ha buscado buenas voces a su lado. Y la elegida esta vez es la de Concha Buika. No es tan conocida en su tierra como se merece: resulta que es una de las cantantes más internacionales de España, más reconocida en el mundo anglosajón y latinoamericano. Nos sorprenden con un disco con mucha magia y muy tropical, no sabemos si tan africano como dice su título, luego lo explicamos mejor. Vamos con un anticipo y lo contamos todo.



Pincha a "sigue leyendo" o te vas a perder lo mejor.

domingo, 9 de junio de 2019

The Claypool Lennon Delirium: Sean Lennon nos da la psicodelia que nos regateaba su padre (y unas gotas de Syd Barret)

"No creo en los Beatles", cantaba John Lennon en God en 1970, hambriento de autoafirmación, empeñado en guardar en un baúl toda su vida anterior, sobre todo lo que era anterior a su unión con Yoko Ono, que fue una especie de renacer. Lennon renegaba públicamente de la mayor parte de su gradioso legado con los Fab Four. En sus contados conciertos, apenas caía algún tema compuesto con la mejor banda de la historia, precisamente la que él fundó. Antes de que fuera oficial la ruptura de los Beatles, cuando John quiso volver a sentir el directo y salió a tocar con Yoko y Eric Clapton (Plastic Ono Band, Live Peace in Toronto, 1969), se centró en homenajear los clásicos del rock and roll y de los Beatles solo sonó Yer Blues, uno de sus temas más atípicos, presente en el álbum blanco, en el que ya cada uno empezaba a ir por su cuenta. No suena a Beatles Yer Blues, que es un blues fabuloso, desgarrador, ideal para tocar con Eric. Esa misma canción, que debía considerar sobre todo suya, la había interpretado en 1968 en su primer trabajo sin los Beatles: fue con Clapton, Keith Richards (al bajo) y el batería Mitch Mitchell, en una improvisada banda llamada Dirty Mac, para el álbum de los Rolling Stones Rock and Roll Circus. En el otro gran concierto en solitario de Lennon (si se puede llamar así a su carrera con Yoko Ono), el Live in New York City de 1972, eligió otro único tema de los Beatles, también muy suyo, el Come Together del Abbey Road. No hay rastro de McCartney, de Harrison ni de Ringo en esas dos canciones.
Contamos todo esto porque John Lennon, en la década que vivió desde la ruptura de los Beatles hasta su asesinato, nunca había vuelto a la psicodelia. Había hecho música experimental, sí, pero nada parecido a Lucy in the Sky with Diamonds, nada que suene a Tomorrow Never Knows, a I am the Walrus, a A Day in the Life, o a Strawberry Filds Forever, a pesar de que es una de sus etapas más gloriosas, si no la que más, una fase de creatividad desbordante y experimentación sonora que lo pusieron en el podio de los grandes artistas del siglo XX.
Sin embargo, el que ha recuperado ese sonido es su hijo Sean Lennon, el que tuvo con Yoko Ono. Sigue leyendo que te lo contamos todo.