Era una de las poquísimas grandes estrellas que nos quedaban por ver (de las que podemos ver vivas, para Elvis tendremos que esperar la máquina del tiempo). Paul Simon, el talento creador y la voz grave de Simon & Gartfunkel, el hombre que nos descubrió África para la World music en los ochenta, reaparecido ahora con un disco meritorio, recorre el globo con la que, avisa, puede ser su última gira mundial. Normal, que este señor del folk cumple los 75 años y no es plan estar todo el día en la carretera o en los aeropuertos. Así que era una ocasión histórica. Hacía 25 años que no paraba en España. Lo hizo: pudimos disfrutar de un trabajadísimo concierto en el BarclaysCard Center (preferimos llamarlo el Palacio de los Deportes) el pasado 18 de noviembre.
Simon lleva tiempo fuera de los focos, pero es una figura clave del siglo XX, a la altura de muy pocos (en lo suyo, Dylan y poco más). Su voz ya no está para excesos, y tiene que bajar algunos tonos las canciones que entonaba con Gartfunkel, pero es un profesional como la copa de un pino. Banda solvente, con nueve músicos, que añade gotas de africanismo a algunos de sus temas que no los tenían originalmente. Repertorio bien elegido, de menos a más. Final soberbio (¡diez bises en cuatro regresos al escenario!) repleto de clásicos. Dejó un gran sabor de boca. Y la experiencia de habernos encontrado, por fin, con alguien que, escribe Fernando Neira, "es un veterano divino, uno de esos escasos seres humanos que sobrevivirá a la ignominia del olvido". Iremos viendo algunos vídeos, algunos piratillas (lo que duren en Youtube, ya sabéis cómo es esto) como el anterior de The Boxer, y algunos de mejor calidad, como este, de esta misma gira pero en Austin, del africano y muy bailable You Can Call Me Al. Y entre uno y otro comentamos lo que vivimos en Madrid.
La gente quiere mucho a Paul Simon. Como cuenta Ulises Fuente en La Razón, "pertenece a esa mitad educada, culta y respetuosa de esos Estados Unidos partidos en dos hoy en día". Cierto: en una entrevista previa con Fernando Navarro en El País el músico había dejado claro su disgusto con la victoria de Donald Trump. "Temo las consecuencias de su elección. Respeto a quienes le han votado, pero solo veo en él un tipo autoritario, sin escrúpulos a la hora de mirar a su país y al mundo. La pregunta es: ¿qué nos pasa como país?". Nos esperábamos una reflexión así de alguien tan comprometido. Pero vayamos con el concierto y su contexto.
jueves, 24 de noviembre de 2016
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