domingo, 11 de septiembre de 2011

La leyenda de Robert Johnson: hace cien años empezó todo

"La leyenda dice que Robert Johnson vendió su alma al diablo en un cruce de caminos a cambio de aprender los secretos del blues. Al parecer, después de aquella medianoche, aquel músico rudimentario regresó a los tugurios y salas de actuaciones convertido en un maestro, con un estilo de guitarra que dejó boquiabiertos a propios y extraños mientras la agonía formaba parte de sus historias cotidianas, retratos de un negro del sur estadounidense que huía de su pasado y de su presente, camino de ninguna parte". Lo escribe Fernando Navarro en su blog Ruta Norteamericana en homenaje a uno de los más grandes entre los pioneros, un verdadero hombre de leyenda.
Nada sonaría hoy igual si no hubiera existido Robert Johnson, muy influyente en esa transición del blues rural al eléctrico que luego completó Muddy Waters en Chicago y que dio lugar al rock. Este 8 de mayo se han cumplido cien años del nacimiento de este enigmático personaje. De su obra apenas quedan 29 grabaciones más bien deficientes pero que han marcado a la música popular como nos han llegado hasta hoy. En Wikipedia lo apodan como "el abuelo del rock and roll". Lo podemos escuchar en este Crossroad.







Para Enric González, melómano y articulista, "hablamos del mejor bluesman de todos los tiempos.
Hablamos del compositor de Love in vain. Hablamos de un hombre que sólo dejó dos sesiones de grabación y hoy es considerado uno de los mejores guitarristas de la historia", escribe en un artículo en El País gráficamente titulado "La guitarra que afinó el diablo".
Johnson, dice Navarro, fue "el bluesman que sintetizó los sonidos originales del Mississippi. Al igual que nadie puede decir con precisión dónde nació el blues, tampoco nadie puede decir con precisión cómo Robert Johnson aprendió a tocar la guitarra y a hacer sucumbir al oyente con sus amores de paso, sus historias de hechizos o su tristeza masticada" (...).
Como apenas se conocen un par de imágenes de Robert Johnson, y de vídeos ni hablamos, he querido recuperar dos de sus canciones más famosas interpretadas por figuras un poco más recientes. El primero, este escalofriante Love in Vain de los Rolling Stones de 1969. Keith Ritchards respetaba tanto a Johnson que dijo que no lo tocaría como blues "para no incurrir en sacrilegio", cuenta Enric González. Más bien le queda baladita pero estremece. Una pieza "inmensamente triste".



Eric Clapton es otra de las figuras que homenajea con reverencia a Robert Johnson. En 2004 editó un disco llamado Me and Mr. Johnson formado íntegramente por versiones del "más importante músico de blues que haya existido", dice Eric. Aquí el bueno de Clapton se reúne con el gran Buddy Gay, Robert Cray y Jimmy Vaughan, estupenda jam sesson para dar cuenta del clásico entre los clásicos: Sweet Home Chicago, la más popular entre las 29 joyas del señor Johnson.



Johnson murió el 16 de agosto de 1938, a los 27 años, en un cruce de caminos, cerca de Greenwood (Misisipi). "Todo hace pensar que fue envenenado", dice Enric González. "El músico Sonny Boy Williamson, que tocaba con él aquellos días, explicó que alguien puso estricnina en el whisky de Johnson por un lío de faldas. Hay tres lápidas en Greenwood dedicadas a Robert Johnson, sobre tres supuestas tumbas. No parece que ninguna sea auténtica" (...).
Qué influencia tan enorme la de este buscavidas desordenado que supo sacar de su guitarra y de su voz notas tan atormentadas como su alma.

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