No se esforzaron mucho los Beatles en hacer publicidad a su ciudad natal. La palabra Liverpool no se pronuncia en sus canciones, ni abundan las referencias a los lugares de infancia. Dado el vuelo que cogieron sus letras con los años, tampoco hacían falta guiños provincianos a los vecinos. Pero John y Paul quisieron, en su mejor momento creativo, inspirarse en sitios de su niñez. Y estas dos notables excepciones son las que inspiran este último capítulo de nuestro recorrido por la orilla del río Mersey. Los resultados son dos temas inmortales que se corresponden con dos lugares mágicos: Penny Lane y Strawberry Field, sí, sin la ese final. Estuvimos allí.
Por qué les dio esa nostalgia cuando estaban en la cumbre es más que comprensible, una señal de madurez. Eligieron lugares muy significativos. Vamos a verlo.