¿Jubilación? Jamás: sir Paul McCartney está que no para, hiperactivo, creativo, bien rodeado de buenos músicos. Estos días nos ha sorprendido con dos momentazos musicales. Sabréis ya, porque sois gente bien informada, que el pasado día 12.12.12 se celebró un macroconcierto en el Madison Square Garden de Nueva York en beneficio de las víctimas del huracán Sandy. A lo mejor tenemos que volver a este evento otro día, porque dio para mucho. A lo que iba: el momentazo fue la unión de Paul con los supervivientes de Nirvana: Dave Grohl (sí, el líder de Foo Fighters), Krist Novoselic y Pat Smea. Lo tremendo es que sonara una canción nueva escrita por Paul y Dave para la ocasión: Cut me some slack. Una muy extraña alianza entre los emperadores musicales de distintos tiempos, los 60 y los 90. (Así lo contó, en inglés, NME). Claro que sin Kurt Covain no puede hablarse de Nirvana. Decía Kurt que él no podía hacer pop porque los Beatles ya lo habían hecho todo. ¿Imaginaría este encuentro alguna vez? Vale, lo de ayer no eran los Beatles, no era Nirvana, pero allí estaban varios de sus ilustres miembros vivos de ambas bandas y sonaba así de contundente. Muy grunge. Bravo, Paul, Dave y compañía.
Paul dice que le habían propuesto esta jam session y tardó en darse cuenta de que esto era el reencuentro de una banda mítica. Pero este grupo, con padrino tan prestigioso, tenía que hacer también algún guiño a los Beatles.
Tenía que ser algo cañero, claro, como este Back in the USSR.
Lo otro es que Paul ha grabado un disco suavecito, para escuchar reposado en buena compañía y con una copa de buen champán, y si puede ser al calor de una chimenea. Esto no es el Paul rockero, sino el melódico. Ha querido rendir homenaje (tributo se dice ahora) a las canciones de jazz que escuchaba de pequeño en su casa de Liverpool. la gran música vocal de los 50 que tanto le influyó después (en piezas como When I'm 64). Para la ocasión se ha juntado con Diana Krall, gran voz pero que en este disco se limita al piano, y su solvente banda, reforzada por alguna figura como Joe Walsh. Suena elegante, refinado, relajante, clásico. Guiños a Sinatra y otros héreos de un Paul con voz clara a estas alturas de la vida. Nos recuerda esa cara de Paul siempre presente en él, la del buen chico que gusta a madres y abuelas. El nuevo disco se llama Kisses on the bottom, y hemos podido ver en Canal+ cómo se grababa en los míticos estudios Capitol de Los Ángeles. Que suena así, digo, con una bonita guitarra clásica en manos de Walsh. ESto es My Valentine.
Entrañable, ¿verdad? Buena manera esta de felicitaros las fiestas. Paul está con nosotros esta Navidad. ¿Te quedas con el de Nirvana o el de Diana Krall? Yo con los dos. Feliz todo a todos.
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