“No me avergüenzo de los Beatles (fui yo quien lo empezó), excepto de la
mierda que aceptamos para hacernos tan grandes. (…) ¿De verdad crees
que la mayor parte del arte actual ha surgido debido a los Beatles? No
creo que estés tan loco, Paul. Por supuesto que cambiamos el mundo, pero
trata de llegar hasta el fondo”. Es una carta enviada por John Lennon a Paul y Linda McCartney en 1971, recién separados los Beatles, llenos de rencor todavía. A Linda, que le había pedido discreción sobre su separación, le dice: “Con tu mezquina y pequeña mente perversa, señora McCartney, tuviste el
cuajo de pedirme que guardara silencio. Por supuesto, el aspecto del
dinero es importante (para todos nosotros) sobre todo después de toda la
mierda que vino de tu loca familia política”.
Es parte de la correspondencia de John que ha salido a la luz y que cuenta Jesús Ruiz Mantilla en El País. Queda claro en las cartas que John estaba dolido por el trato que sus compañeros habían dado a Yoko Ono, de quien ya hemos hablado recientemente y a la que nos negamos a presentar como la mala. Así la defiende John: “Espero que te des cuenta de toda la mierda que tú y el resto de mis
amables y desinteresados amigos habéis lanzado contra Yoko y contra mí
desde que estamos juntos. Puede que a veces hayáis sido un poco más
sutiles o debería decir ‘clase media’, pero no muchas”.
Era en esta etapa llena de ira cuando compuso este God en el que decía que no creía en nada, destruye unos cuantos mitos de su generación y de todos los tiempos para concluir: "No creo en los Beatles. Solo creo en mí, solo en Yoko y yo".
Escribe Mantilla: "Como Mozart, John Lennon era bastante pícaro, además de escatológico. Y, por supuesto, al igual que el niño prodigio de Salzburgo, un genio… Así se deduce de sus cartas. Si algo hacía compulsivamente John
Lennon era escribir. Desde niño tomó ese hábito en gran medida impuesto
por su tía Mimi, que en realidad fue su madre y su padre. Lo educó, y
quiso convertir a John en un chico serio y en un caballerete agradecido.
Gracias a que mantuvo la costumbre, hoy podemos conocer grandes
rasgos de su carácter y detalles de su atribulada biografía —desde las
gracias que le daba a sus tías por los regalos de Navidad a las más que
agresivas pullas que dirigió a Paul y Linda McCartney tras la separación
de The Beatles— por medio de las epístolas, postales y notas que envió a
sus íntimos. Su amigo el escritor Hunter Davies las ha reunido por
primera vez en Las cartas de John Lennon (Libros Cúpula). Davies pasó muchas horas al lado de John Lennon. Gozaba de su confianza...".
(Lee aquí el artículo completo de Ruiz Mantilla en El País)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario