La ruptura de The Beatles no pareció sorprender a ninguno de sus
miembros. Cuando se hacía el anuncio oficial, el 10 de abril de 1970,
los cuatro tenían un álbum casi listo para publicar. Y querían
impresionar: Paul tocaba todos los intrumentos en su disco; George
estaba tan desbordante que el suyo era triple; Ringo se atrevía con el
jazz y John acentuaba su compromiso político junto a Yoko. En los años
siguientes trabajaron a un ritmo frenético de discos y giras; después
echarían el freno con la excepción del estajanovista McCartney, que no
se ha tomado pausa alguna.
La obra de los Beatles por separado tiene episodios muy brillantes,
pero sin tanta magia, sobre todo sin esa regularidad en la excelencia
que habían tenido como banda entre 1962 y 1969. Aún así los cuatro
consiguieron números uno con frecuencia y dejaron canciones memorables.
Además, se quitaron la espina de volver a actuar en directo, costumbre
que mantienen Paul y Ringo, los supervivientes.
La idea de un reencuentro rondaba a los fans y a muchos directivos de
la industria, pero nunca se tomó en serio por los protagonistas, al
menos en vida de John.
Ringo es el único que no dejó de colaborar con los otros tres. Es solo
una curiosidad que, en marzo del 1974, Lennon y McCartney se unieran en
una improvisada jam session con Stevie Wonder y otros músicos (que recoge una grabación no oficial llamada A toog and a snore in '74). Y fue apenas simbólico que Paul y Ringo colaborasen con Harrison para su tema All those years ago, en homenaje a Lennon tras su asesinato en 1980. Sin embargo, en 1995, el proyecto Anthology
volvió a reunir en el estudio a los tres supervivientes junto a
material inacabado de John, para un reencuentro de ultratumba que no
acabó de convencer del todo. (Lee el artículo completo en El País).
martes, 29 de octubre de 2013
lunes, 28 de octubre de 2013
Las etapas de The Beatles (5): Al final, solo una banda de rock & roll
Ocurría a menudo que, cuando otros trataban de seguir a los Beatles,
estos ya estaban en otra cosa. En 1968 desconciertan a los recién
llegados a la psicodelia: se quitan los disfraces de la banda del
Sargento Pimienta y dejan de arroparse por orquestas, sitares y efectos
sonoros. Se proponen ser solo una banda de rock & roll. Reaparecen
con el álbum blanco (titulado simplemente The Beatles, sin ninguna
imagen en portada, en contraste con el barroquismo de Sgt. Pepper's),
toda una declaración de intenciones. Una treintena de bellas canciones
casi desnudas, que se trajeron del viaje a India, pero ya no suenan
exóticas.
The Beatles se pasan al sonido más crudo que dominaría la década siguiente, los 70, en la que planeaban volver a tocar en directo. La tecnología había mejorado y el público ya no sería una masa histérica de fans, así que parecía una buena idea. Pero la banda está en descomposición. Hasta entonces el motor del grupo había sido la rivalidad entre Paul y John, cada uno queriendo superar al otro, tensión bien manejada por su manager Brian Epstein. Desde la muerte de este, es Paul McCartney el que toma las riendas del grupo y de su brazo empresarial. Lennon sigue aportando grandísimas canciones pero está cada vez menos implicado con la banda. Harrison está explotando como gran compositor y se rebela contra su rol de segundón. Hasta Ringo, en un berrinche, se ausenta de las sesiones del álbum blanco durante algunos días. (Lee aquí el artículo completo en El País).
The Beatles se pasan al sonido más crudo que dominaría la década siguiente, los 70, en la que planeaban volver a tocar en directo. La tecnología había mejorado y el público ya no sería una masa histérica de fans, así que parecía una buena idea. Pero la banda está en descomposición. Hasta entonces el motor del grupo había sido la rivalidad entre Paul y John, cada uno queriendo superar al otro, tensión bien manejada por su manager Brian Epstein. Desde la muerte de este, es Paul McCartney el que toma las riendas del grupo y de su brazo empresarial. Lennon sigue aportando grandísimas canciones pero está cada vez menos implicado con la banda. Harrison está explotando como gran compositor y se rebela contra su rol de segundón. Hasta Ringo, en un berrinche, se ausenta de las sesiones del álbum blanco durante algunos días. (Lee aquí el artículo completo en El País).
lunes, 21 de octubre de 2013
Las etapas de The Beatles (4): Psicodelia, disfraces, sitar y LSD
No discutiremos aquí los peligros de las drogas ilegales, pero
tendremos que reconocer que el contacto con el LSD coincidió con el
mejor momento creativo de los Beatles, cuando dieron al mundo dos obras
maestras como Revolver (1966) y Sgt. Pepper's Lonely Heart Club Band (1967).
Fue John Rilley, el dentista de George Harrison, quien dio a probar esa
droga en el café a los Beatles tras una cena en su casa en abril de
1965; repitieron la experiencia ese verano con Peter Fonda y miembros de
los Byrds en Los Ángeles. Los de Liverpool paraban en una California en
que se gestaba la contracultura hippy dos años antes de que explotara,
en 1967, el llamado verano del amor y Occidente se llenara de pelos largos, flores en el pelo y buenrollismo.
Las canciones (y letras) de ese periodo se inspiraron en los viajes lisérgicos, en las alucinaciones y en la sensación de salir de uno mismo. Completó la ecuación el contacto con la música india, que aportó exotismo y cierta magia. Aunque Harrison vio por primera vez una banda india mientras rodaba Help!, fueron (otra vez) The Byrds los que dieron a conocer al tercer Beatle la música de un maestro del sitar, Ravi Shankar. Fascinado, George compró el instrumento y se citó con él en Londres. Shankar apenas le enseñó los rudimentos para hacer sonar esa especie de guitarra con dos decenas de cuerdas, pero George se atrevió a meterlo en el estudio de grabación.
Los Beatles estaban en lo más alto con sus discos, y retirados del directo, cuando falleció repentinamente su manager, Brian Epsten, en agosto de 1967. Son tiempos de desconcierto... (lee aquí el artículo completo de Ricardo de Querol en El País)
Las canciones (y letras) de ese periodo se inspiraron en los viajes lisérgicos, en las alucinaciones y en la sensación de salir de uno mismo. Completó la ecuación el contacto con la música india, que aportó exotismo y cierta magia. Aunque Harrison vio por primera vez una banda india mientras rodaba Help!, fueron (otra vez) The Byrds los que dieron a conocer al tercer Beatle la música de un maestro del sitar, Ravi Shankar. Fascinado, George compró el instrumento y se citó con él en Londres. Shankar apenas le enseñó los rudimentos para hacer sonar esa especie de guitarra con dos decenas de cuerdas, pero George se atrevió a meterlo en el estudio de grabación.
Los Beatles estaban en lo más alto con sus discos, y retirados del directo, cuando falleció repentinamente su manager, Brian Epsten, en agosto de 1967. Son tiempos de desconcierto... (lee aquí el artículo completo de Ricardo de Querol en El País)
martes, 8 de octubre de 2013
Las etapas de The Beatles (3): En América, la enorme huella de Dylan, el chasco con Elvis
No llevaban ni un año en la primera fila. Volvían de actuar en París,
ciudad en la que todavía podían salir a la calle. Sin embargo, cuando
en febrero de 1964 The Beatles aterrizaron en Nueva York, miles de
personas les recibieron en el aeropuerto, otras tantas les arroparon
camino del hotel y a cada paso que daban una multitud les perseguía. Una
llegada triunfal sin precedentes. Brian Epstein acertó en su
estrategia: dio prioridad a copar los medios de comunicación. Entre
febrero de 1964 y agosto de 1966, la banda hizo cuatro giras por Estados
Unidos.
En el tercero de esos viajes se produjo el esperado encuentro con Elvis Presley, que para los de Liverpool era un ídolo. Fue en su residencia en Los Ángeles el 27 de agosto de 1965, sin cámaras aunque con todo el séquito del artista de Memphis. Se celebró una breve jam session que si se hubiera grabado valdría millones. Pero no hubo sintonía. Lennon dijo al salir: "No puede ser que ese tío fuera Elvis, era otra persona". Después, Presley escribió al presidente Nixon señalando a los Beatles como una mala influencia por sus simpatías izquierdistas y llamando a combatir "el elemento hippy". Sin embargo, también versionó sus canciones. Ya fallecido el rey, John dijo que Elvis había muerto el día que se alistó al Ejército (en 1958).
El encuentro que abrió los horizontes de The Beatles fue con Bob Dylan, quien fue a visitarles de la mano de un periodista a su hotel neoyorquino en agosto de 1964. Acabaron compartiendo confidencias y, es sabido, sustancias prohibidas. Después de conocer a Dylan (y a los Byrds, y a The Beach Boys), los Beatles se alejaron de la simplicidad de su pop inicial y ganaron en ambición. (Lee el artículo completo de Ricardo de Querol en El País)
En el tercero de esos viajes se produjo el esperado encuentro con Elvis Presley, que para los de Liverpool era un ídolo. Fue en su residencia en Los Ángeles el 27 de agosto de 1965, sin cámaras aunque con todo el séquito del artista de Memphis. Se celebró una breve jam session que si se hubiera grabado valdría millones. Pero no hubo sintonía. Lennon dijo al salir: "No puede ser que ese tío fuera Elvis, era otra persona". Después, Presley escribió al presidente Nixon señalando a los Beatles como una mala influencia por sus simpatías izquierdistas y llamando a combatir "el elemento hippy". Sin embargo, también versionó sus canciones. Ya fallecido el rey, John dijo que Elvis había muerto el día que se alistó al Ejército (en 1958).
El encuentro que abrió los horizontes de The Beatles fue con Bob Dylan, quien fue a visitarles de la mano de un periodista a su hotel neoyorquino en agosto de 1964. Acabaron compartiendo confidencias y, es sabido, sustancias prohibidas. Después de conocer a Dylan (y a los Byrds, y a The Beach Boys), los Beatles se alejaron de la simplicidad de su pop inicial y ganaron en ambición. (Lee el artículo completo de Ricardo de Querol en El País)
lunes, 7 de octubre de 2013
Las etapas de The Beatles (2): Cómo se desató la Beatlemanía
Es difícil comprobarlo, pero quizás los Beatles de 1962 no habrían llegado tan lejos si una persona clave no hubiera tomado las riendas de sus carreras y otra no hubiera pulido su sonido. Brian Epstein tenía 27 años y mucha ambición cuando conoció a la banda en The Cavern y se convirtió en su manager. Los vistió de traje y corbata, los llevó de audiciones por las discográficas (muchas los descartaron pero pasó a la historia el desprecio de Decca), despidió a Pete Best (a petición de los otros tres) y consiguió un contrato con EMI. A sus 36 años, George Martin era un poco más experimentado como productor en esa compañía, aunque había trabajado con grupos de segunda fila. Le cayó un diamante entre las manos.
No fue tan rápido el estallido de la Beatlemanía como se cree, pero tras lanzar su primer LP en 1963, y sobre todo tras aparecer en televisión, son un fenómeno popular: las fans los perseguían y chillaban a su paso, los medios de comunicación hablan de ellos continuamente, dominan tanto el escenario como la sala de prensa y su fama llega a EE UU. (Lee el artículo completo de Ricardo de Querol en El País)
martes, 1 de octubre de 2013
Las etapas de The Beatles (1): cuando no eran estrellas
Como tantos adolescentes en los años 50, John Lennon quería ser
Elvis, y es una ironía que años después se conocieran y no sintonizaran
en absoluto. Su madre Julia le ponía los discos del rey del rock y le
había enseñado a tocar el banjo, pero no lo crió ella sino su tía Mimi.
Al principio de todo, el jefe era John: a los 16 años lideraba una banda
de imberbes llamada The Quarrymen.
El encuentro con Paul McCartney que permitió una alianza extraordinaria de talentos se produjo el 6 de julio de 1957 tras una actuación de esa banda en una parroquia del suburbio de Woolton, en Liverpool. Paul, de 15 años, hijo de un frustrado músico de jazz y huérfano de madre, se ofreció a unirse con su guitarra. Un año después Paul llevó al grupo a George Harrison, todavía un año más joven, del que dijo a John generosamente: "Es mejor que yo".
Desde el encuentro en la parroquia hasta que The Beatles saltaron a la fama en 1962 pasaron más de cinco años en los que Lennon, McCartney y Harrison se presentaron bajo distintos nombres con otros muchos músicos que no llegaron a la cumbre, hicieron el acompañamiento para otros solistas y se curtieron en los escenarios de Liverpool y Hamburgo. (Lee el artículo completo de Ricardo de Querol en EL PAÍS)
El encuentro con Paul McCartney que permitió una alianza extraordinaria de talentos se produjo el 6 de julio de 1957 tras una actuación de esa banda en una parroquia del suburbio de Woolton, en Liverpool. Paul, de 15 años, hijo de un frustrado músico de jazz y huérfano de madre, se ofreció a unirse con su guitarra. Un año después Paul llevó al grupo a George Harrison, todavía un año más joven, del que dijo a John generosamente: "Es mejor que yo".
Desde el encuentro en la parroquia hasta que The Beatles saltaron a la fama en 1962 pasaron más de cinco años en los que Lennon, McCartney y Harrison se presentaron bajo distintos nombres con otros muchos músicos que no llegaron a la cumbre, hicieron el acompañamiento para otros solistas y se curtieron en los escenarios de Liverpool y Hamburgo. (Lee el artículo completo de Ricardo de Querol en EL PAÍS)
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