lunes, 29 de diciembre de 2025

Nuestras 12 canciones de 2025: Samatha Fish, Geese, Ryan Davis, Ilegales, Robe... (y sí, también Rosalía)



No os íbamos a dejar sin nuestra lista de canciones del año, que otra vez es bastante alternativa. No seguimos tanto la línea de otras publicaciones a las que respetamos mucho, porque ya sabéis de nuestras querencias por el rock guitarrero y el blues, aunque siempre con los oídos abiertos a otros géneros. Esto del gusto es muy personal, claro. Os deseamos lo mejor en estas fechas y para lo que viene. Vamos allá:

1. Samantha Fish, Sweet Southern Sounds.

Fascinados hemos quedado este año con esta blueswoman, de 36 años y de Kansas City, Misouri, que ha firmado un disco monumental: Paper Doll, que le ha validdo una nominación a los Grammy (y no por primera vez). Practica un blues volcánico, arrebatador, apabullante. Ella es poderosa a la voz y muy especialmente a la guitarra, a la que da caña desde 2009. Su estilo enlaza con maestros como Jimi Hendrix, Steve Ray Vaughan o Johnny Winter, con algunos ingredientes del rock sureño de Lynyrd Skynyrds o los Allman Brothers. Maneja todos los registros, del slide a la distorsión o el punteo delicado. Pudimos disfrutar de su potentísimo directo en el teatro Eslava de Madrid el pasado 14 de junio, y no nos explicamos que no llene recintos más grandes. No pudimos esperar al resumen del año y ya nos hicimos eco de ella en este post. "Intensidad blusera con contundencia rockera", la define esta crítica en Exile Magazine.
Esta canción es la más destacada del disco, y se le ocurió cuando estaba de gira con Slash por EE UU (también ha sido telonera de los mismísimos Stones). Asegura que es “un himno sobre el hecho de estar de gira y sentirse culpable por no priorizar a las personas en tu vida”. Ay, es dura la vida en la carretera, y obliga a sacrificios personales. Del disco (si no lo has oído ya estás tardando) brillan muchas otras canciones como I'm Done Runnin' o Can Ya handle The Heat? Pero elegimos este Sweet Southern Sounds porque incluye uno de esos punteos que nos ponen la piel de gallina como hacía muchos años que no nos pasaba. Larga vida a Samantha, larga vida al blues.

2. Geese, Cobra.

En el mundo del rock indie, una etiqueta gastada de tanto usarla, la gran irrupción del año ha sido la de esta banda neoyorquina que lidera Cameron Winter a sus 23 añitos. Tenían ya tres álbumes (el primero autoeditado), pero es con este Getting Killed con el que han saboreado las mieles del éxito. Y vaya si lo merecen: sus temas nos remiten a la edad de oro del rock, finales de los sesenta y primeros setenta, y la voz de Winter nos recuerda a menudo al Mick Jagger de ese tiempo tan añorado en este blog. Ojo que hay más influencias, las de la escena neoyorquina posterior, la de Television o The Strokes, o eso que llaman post-punk. Tienen personalidad de sobra para mantenerse arriba, que dicen que es lo difícil. 
Lo define así esta crítica de Mondo Sonoro: "El tercer álbum de Geese le planta un sensacional cruce de mangas a cualquier normatividad previsible". Damos fe: nada es previsible aquí. Hay muchas buenas canciones en este discazo: también nos han gustado muchísimo 100 Horses o Trinidad. Tras algunas dudas, nos quedamos con este Cobra. Y nos ha hecho gracia este vídeo pero nos tememos que no sea oficial y algún día se evapore de YouTube (por si acaso, aquí el oficial, solo audio)


3. Ryan Davis & the Roadhouse Band, New Threats From the South.

Un poco de country nunca hace daño, y este en concreto se saborea muy bien. Hemos descubierto a este músico de Louisville, que anda por la cuarentena y es una figura destacada de eso que llaman Americana. De su vida sabemos poco: que antes estuvo en la banda State Champion hasta que formó su propio grupo. Que se ha tomado nada menos que siete años entre su primer álbum con The Roadhouse Band y este segundo. La falta de información nos hace pensar en un tipo bien normal, cuyo nuevo álbum se llama como el tema elegido y ha llamado mucho la atención este año Si quieres saber más aquí enlazo una entrevista en Rolling Stone, donde nada de lo que dice se sale de lo normal. Da igual. Basta con escucharlo y cerrar los ojos.



4. Carolyn Wonderland, Sooner or Later.

También habíamos mencionado aquí a esta otra blueswoman en un post anterior, porque la guitarrista (muy virtuosa) y cantante texana de 53 años es toda una institución en el género, y llegó a ser una Bluesbreaker, palabras mayores cuando nos referimos a la banda del recordado John Mayall. "Ha sido la única mujer en una lista por la que pasaron décadas atrás Eric Clapton, Peter Green o Mick Taylor. Y no desmerece la comparación", dice este artículo de Babelia. En su último disco, Truth Is, sobresale este tema, Sooner or Later, en el que se emplea con precisión en la table guitar con el slide. Lo que ella se proponga en las seis cuerdas le queda sensacional. 

5. Jessie Wagner, I Just Can't Today.

Otro de los discos del año tiene la firma de una mujer poco conocida por su nombre, pero que fue vocalista para artistas consagrados (Duran Duran, Lenny Kravitz, Little Steven...) hasta que en 2020 inició su carrera en solitario. Y no solo canta: compone bien, y en algún tema agarra la guitarra. Nos ha gustado su último disco, War Within, deliciosamente producido, en el que cabe tanto un rock duro como Wicked Cool (que nos recuerda a Kravitz precisamente) o este dulce reggae que es nuestra elección final, con cierto aroma al Bob Marley de No Woman No Cry. Su álbum es, sí, muy variado en estilos (del rock contundente al más suave, del soul al pop) pero la huella  de esta experimentada artista queda clara en cada canción. Si no la conocías, quédate con este nombre.

6. Rosalía, Reliquia.

Que nadie arregue la nariz. Aquí también tenemos que reconocer a Lux, el disco rompedor de la música española más relevante en este año, aunque estemos empachados por el marketing que lo ha rodeado. Nunca fuimos fans incondicionales de la cantante catalana, porque su estilo a menudo se ha movido hasta ahora lejos de nuestro radar, pero reconocemos que ha completado un disco de alto nivel, muy ambicioso, en el que demuestra que no tiene miedo a cambiar de registro y asumir riesgos. Del mismo modo que nunca nos atrajo el trap por bien que ella lo haga, ahora sí nos ha interesado este innovador cruce de géneros que abarca desde la ópera hasta la electrónica. Y con unos violines que nos remiten, por cierto, a los Beatles, al McCartney de Eleanor Rigby por ejemplo. Todo le ha salido bien a Rosalía en este disco. Que siga atreviéndose a hacer lo que le parezca en cada momento.


7. Taj Mahal, Keb' Mo' y Wendy Moten, Better Than Ever.

El veterano bluesman Taj Mahal, a sus 83 años bien llevados, se unió hace años a su colega Keb' Mo', tampoco un chiquillo pero una década más joven que él, en un proyecto que se hace llamar, abreviadamente, Taj' Mo. El dúo ha firmado este año un disco delicioso, Room On The Porch, en el que las guitarras acústicas crean atmósferas mágicas que huelen a campo y a hierba, y en las que se perciben aromas afrocaribeños. Los dos maestros invitan para esta canción a Wendy Moten, una ilustre del jazz. Advertencia sanitaria: este disco te bajará la tensión, y eso te sentará bien.


8. Ally Venable y Shemekia Copeland, Unbreakable.

Otra mujer blusera, otra texana, y esta la más joven de todas. 26 añitos que tiene la chica, pero es una habilidosa guitarrista que nos recuerda a los mejores de las seis cuerdas. De influencias eclécticas, puede moverse cerca del rock duro o del pop más comercial, pero cuando se arranca un punteo viajamos en el tiempo a la psicodelia setentera. Este año ha sacado un disco con algunos temazos, se llama Money & Power, e incluye este Unbreakable, para el que invita a una gran voz como es la de Shemekia Copeland. Ellas se juntan, y nosotros lo celebramos.


9. Ilegales, Joven y arrogante.

Mira que nos ha dolido la muerte de Jorge Martínez, más conocido como Jorge Ilegales, el líder de una banda mítica de los ochenta en España. En este 2025 Ilegales reaparecieron a lo grande, con un disco notable que se llama como esta canción: Joven y arrogante, y con una serie de conciertos. Jorge volvió al primer plano meses antes de que morir por un cáncer de páncreas, y suponemos que fue su mal diagnóstico el que le empujó a darlo todo por última vez. Desde luego, su nivel artístico estaba al nivel que recordábamos aunque la salud no acompañara. Este obituario de Carlos Marcos lo define bien: "Impetuoso, salvaje e inadaptado social, el artista marcó un punto diferencial en el pop-rock español". Estas palabras suyas dichas en marzo indican que veía cerca el final: “Está bien plantearse de vez en cuando que puedes morir. Yo me lo he planteado, sin miedo, porque soy un indigente en cuestión de miedo”. Que grande, Jorge.

10. Arcade Fire, Year of the Snake.

De acuerdo, Arcade Fire está muy lejos de su mejor momento, el que alcanzaron ya en su debut (Funeral, con el temazo Wake Up) y alcanzó su cuarto álbum, Reflektor. Es decir, eran una banda imprescindible entre 2004 y 2013, y ha pasado demasiado tiempo sin que hagan nada igual de memorable. Pero los seguimos escuchando con interés cuando publican nuevo material. Y en este tema nos ha atrapado cómo dialogan la voz susurrante e hipnótica de Régine Chassagne y la más reconocida de Win Butler. La fórmula está un poco gastada, pero sigue teniendo su aquel.


11. Wednesday. Elderberry Wine.

Otra canción con aire country, sí, pero esta banda de Carolina del Norte que lidera Karly Hartzman, 28 añitos, es difícil de encasillar, porque en otros temas de su último disco, Bleeds, suena el rock más ruidoso posible (en temas como Reality TV Argument Bleeds), y además mantienen un lado siniestro, inquietante, oscuro. Pero nos hemos quedado con su cara más dulce y delicada, la que hace posible esta encantadora balada rural. Claro que los buenos artistas se sienten a menudo incómodos con el corsé que le ponemos al definirlos. Bravo por ellos.

12. Leiva & Robe: Caída libre.

Ay, otra muerte muy dolorosa ha sido la de Robe Iniesta, uno de nuestros ídolos, una de las más grandes figuras del rock en español. Lo vimos en mayo de 2024 en Rivas Vaciamadrid dando un conciertazo de tres horas; estaba en plena forma artística. Ya habíamos disfrutado antes de él, y en el mismo recinto, con Extremoduro una década antes, y nos quedamos con las ganas de estar en la gira de despedida de la banda de Plasencia que se frustró por la pandemia de 2020 (maldito covid). Se nos hace difícil pensar que no habrá más conciertos ni más discos perfectos de Robe como el último, Se nos lleva el aire, que nos fascinó a finales de 2023 y ya mencionamos aquí. Llevaba un año retirado de los escenarios, desde que sufrió un tromboembolismo en noviembre de 2024, y no se ha informado de si su muerte tiene esa causa u otra. Ni falta que hace. Leiva compuso en este 2025 esta canción y pensó que la voz de Robe encajaba en ella como un guante. Desde planteamientos musicales muy distintos, como ha escrito Fernando Navarro, Leiva y Robe "representan dos formas de entender el rock con algo en común: crear universos propios con letras en primera persona". Este tema no es lo mejor que han hecho ninguno de los dos, pero tenía que estar aquí.



Bonus track: Fermin Muguruza (ft. Itxiar Ituño), Sarri, Sarri.

Nos habíamos propuesto no incluir en la lista ninguna versión o interpretación en directo de temas ya conocidos, pero teníamos que dejar esto a modo de propina. Fermin Muguruza se ha marcado una gira sensacional este año para celebrar sus 40 años de carrera y homenajear a su hermano fallecido, Iñigo, que le acompañó en Kortatu y en Negu Gorriak. En este concierto, que pudimos disfrutar en febrero en un Movistar Arena de Madrid abarrotadísimo y entregado, el músico de Irún ha podido desquitarse de muchos años sufriendo cancelaciones de las autoridades. Se ha editado como álbum en directo, con el nombre de Akelarre antifascista. Los conciertos de esta gira acababan siempre con este pegadizo ska que nos hacía bailar a todos en los años ochenta: Sarri, Sarri. En esta ocasión con otra voz, la de la cantante y actriz Itziar Ituño. Dos voces polémicas para una canción polémica desde que se lanzó, pero de gran pegada y que bailaban (bailábamos) también los que estaban (estábamos) muy lejos de los muchos activismos de Muguruza. Volvimos, pues, a bailarla. El vídeo incrustado aquí es de su actuación en Anoeta, San Sebastián, pero en este enlace de YouTube tenéis entero el que vivimos en Madrid. Una oportunidad única. Aupa, Fermin.


Nuestros mejores deseos para 2026. Y que haya mucho rock and roll.

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