Por motivos inexplicables esta grandísima canción apenas aparece en las recopilaciones ni fue single, pero sí aparece en los libros de historia y en las listas de las mejores canciones del rock (la 26 de la lista de Rolling Stone, sexta de los Beatles). Merece la pena disfrutar de esta lectura de los titulares de la prensa por un John perplejo (o más bien cínico), que se funde con otra pieza psicodélica de McCartney y con un impactante crescendo de orquesta sinfónica que acaba con el Mi menor más famoso de la historia (lo he leído, no sé distinguir un Mi menor) sonando en tres pianos a la vez. Hay que fijarse también en la batería de Ringo, más solista que nunca. Fue el glorioso cierre de Sgt. Pepper's, disco tan lleno de buenas canciones que esta tardó en llamar la atención.
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