domingo, 28 de octubre de 2012

Yoko Ono no era la mala, dice Paul McCartney


Muchos fans de los Beatles tienen gran tirria a Yoko Ono porque su aparición junto a John coincidió con la desintegración de la banda. Es cierto que, desde aquella boda en Gibraltar en 1968, John se empeña en que ella esté a su lado a todas horas, también en el estudio, lo que quizás no ayudó a mantener la química entre los cuatro, como se ve en la película Let it be. En fin, aquí hemos dicho alguna vez que no nos creemos esa visión simple de la malvada Yoko alejando a John de sus colegas. El genio de John ya se movía por su cuenta en esa época. Y Yoko Ono seguramente era el tipo de persona que le animaba a volar en vez de aconsejarle que no corra riesgos.
Y se olvida a menudo el principal factor de desunión entre los cuatro de Liverpool: la muerte de Brian Epstein, su manager, casi su padre, en 1967. Ahora lo ha dicho McCartney, supuestamente enemistado entonces con la segunda mujer de Lennon. Ahora, en una entrevista que adelanta The Guardian (aquí la versión original en inglés y aquí según se recoge en La Nación en español), Paul rompe el mito: "Ella no rompió el grupo. El grupo se estaba rompiendo". Y señala a otro malo: Allen Klein, el manager que trabajaba con los Stones y fue fichado por los Beatles para tratar de cubrir el vacío dejado por Epstein."Yo estaba batallando contra los otros tres tíos, mis colegas del alma de toda la vida". Porque iba contra Klein. Las chispas saltaron cuando Klain decidió remezclar Let it be con Phil Spector sin el acuerdo de Paul (éste se vengaría años después editando Let it be naked sin esa indeseada aportación).
Pero estábamos con Yoko Ono. McCartney dice que sin ella no existirían obras de John como Imagine. "No creo que la hubiese escrito sin Yoko, por lo que no podría culparla por nada. Cuando apareció Yoko, parte de su atracción fue su lado vanguardista, su manera de ver las cosas. Fue cómo  ella le mostró a él otra forma de ser lo que le produjo una gran atracción a Lennon. Entonces era el momento de que John se fuera, porque igualmente se iba a ir".
Ya has tardado, Paul, en discutir la leyenda negra que persigue a Yoko hasta hoy, aunque su relación ha sido bastante cordial en las últimas décadas. A nosotros esta señora no nos gustaba nada cantando (en eso coincidimos muchos), y sí, de niña yo también la veía como la bruja de este cuento. Los años nos han dado otra perspectiva. Ahora, desde que la seguimos en Twitter (@yokoono), hasta le hemos cogido cierta simpatía a la viuda más ilustre del rock. Porque este blog ya está en Twitter (@AnglicaPimienta), ¿no os lo había contado? Esperamos con ilusión que Yoko nos siga. O Sean, que también anda por ahí.
Nos despedimos recordando a John y Yoko en su mejor momento, interpretando Imagine en 1972 en Nueva York, la ciudad que les acogió y que aún les venera. Como dice Paul, quizás no tendríamos este grandioso himno para la humanidad sin ella. Nuestros respetos, Yoko.

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