sábado, 12 de abril de 2014

Duelo por el trono del blues-rock: lo nuevo de Jack White y de The Black Keys


Hoy tenemos que celebrar el regreso, con nuevo material, de dos nombres muy grandes del panorama musical actual, condenados a competir en lo más alto por un público de similar sensibilidad donde nos contamos con entusiasmo. Jack White y The Black Keys, el señor Blanco y las teclas negras, son dos nombres enormes de nuestro tiempo, de los que nos han permitido rebatir en los últimos años la supuesta decadencia del género guitarrero. La irresistible tentación de compararlos arranca desde los primeros años 2000, cuando ambos nacieron como dúos de guitarra y batería, ambos en el Medio Este americano (de Detroit y de Ohio), claramente con influencias comunes, entre el garaje y el blues. Parece que en su pique personal por el trono del blues-rock se cruzan elementos personales, pero los trapos sucios los dejamos para el final, que lo nuestro es su arte sacado a la luz. Así que demos la bienvenida a sus nuevos y prometedores trabajos. Vayamos por partes, como diría otro Jack, el Destripador.



Jack White es la gran esperanza del rock, como ya escribimos a fondo cuando lo vimos en La Riviera y como aprobaron nuestros lectores cuando les encuestamos por el nuevo rey. Sentimos verdadera debilidad por este habilidoso guitarrista, heredero de la mejor tradición de los Hendrix, Page o SRV, gente con los dedos infinitos, que consigue que su instrumento hable, ruja o susurre. Después de distintos proyectos de sonido corrosivo, su primer álbum en solitario parecía dar un giro hacia la sencillez del folk, hacia lo melancólico y reposado. Quizás (ojalá) ha sido solo un paréntesis del camaleón, que en su anticipo de su segundo álbum (Lazaretto) recupera un sonido psicodélico y abrasador, en la línea de Ball & biscuit de los White Stripes. Tanto gustó al NME que ya se preguntaba, solo con conocer una canción, este instrumental High ball stepper, si Lazaretto va a ser el disco del verano. Para responder a la pregunta tendremos que esperar a junio.



Los otros que reaparecen son The Black Keys, un poderoso dúo que nos atruena desde hace tiempo con su sonido básico y que a partir de El Camino, quizás el mejor álbum de 2012, saltaron al público masivo. Para ello Dan Auerbach y Patrick Carney se despojaron de purismo y dieron un salto en su evolución: ellos que se apañaban con guitarra y batería (sí, como The White Stripes) para llenar de estruendo un pabellón abarrotado ahora reúnen a un cuarteto más convencional (con teclado y bajo, a ratos coros) pero también de sonido potente en la que avanzan hacia un soul más refinado y bailable. Así suena este Fever que acaban de publicar en Youtube. Ojo que este primer avance de su próximo álbum, que se llamará Turn blue, no ha convencido a todos, porque en este tema ya no manda la guitarra sino el teclado, eso a algunos les parece blasfemia cuando tenemos ahí a un guitarrista con tanta personalidad. Incluso se anuncia que introducirán samples, o sea, pedazos de piezas ajenas, por primera vez. Bueno, hay que estar abiertos a todo, no les exijamos que repitan siempre la misma fórmula, que lo que hacían ya lo han hecho. Aquí os dejamos el tema, para que opinéis por vosotros mismos. A nosotros nos deja expectantes.



Es curiosa la reaparición simultanea de dos personajes supuestamente enfrentados en lo personal después de haber estado muy cercanos en sus inspiraciones. El culebrón lo contaba el pasado verano Amalio Varela en Zoom News: en pleno proceso de divorcio, la ex mujer de White, la modelo Karen Elson, divulgó unos mensajes de correo en que Jack se muestra muy despectivo con Auerbach, el líder de Black Keys, y se lamenta de que sus hijos compartan aulas. Nosotros pensamos que es una canallada divulgar mensajes personales que no debían salir del ámbito privado, y tampoco lo que dice es para tanto, quién no ha enviado un mail malvado alguna vez. Elson lo difundió tratando de demostrar el carácter colérico y violento de su exmarido, lo que para nosotros no está nada claro. Escribe Varela:
"Sin entrar en el tema personal, lo que ha quedado claro ante la opinión pública es el tremendo pique existente entre los dos revisionistas de blues más famosos de la actualidad. Ya en 2010 (...) White se mofó del líder de The Black Keys declarando que tenía más cosas que hacer con Jay-Z, un rapero, que con Auerbach. Si a eso sumamos las acusaciones actuales en las que habla de su ahora enemigo como un mierda que no deja de copiarle, parece claro que, o bien White no está llevando nada bien su separación, o bien no soporta que The Black Keys sean hoy el grupo de moda en lo que a estos sonidos blueseros se refiere.
Puede que en parte Auerbach se haya pasado de listo al exprimir con quizás cierto oportunismo la fórmula que White redescubrió años antes, pero también parece que el ataque de pelusa del magistral músico de The White Stripes es evidente", concluye el particular juicio del comentarista, que hace un divertido repaso a en qué terreno gana cada uno.
No damos mucha importancia a estas peleas porque los grandes rockeros tuvieron siempre grandes rivalidades, aunque a veces no eran más que inventos para vender discos (desde el falso Beatles-Stones al ya superado Oasis-Blur). Seguramente los fans de White y de The Black Keys somos los mismos y queremos disfrutar de ambos. Para cerrar este curioso duelo repasaremos dos piezas emblemáticas de los primeros años 2000: el I got mine de los Keys y el citado Ball & biscuit de los Stripes. Se me haría muy difícil quedarme con uno, aunque admito que observo más rasgos de genialidad en White. Juzgad vosotros.





El duelo de verdad llegará en verano, cuando ambos pongan sus nuevos álbumes en el mercado. Y cuando se midan en el escenario: los dos van a coincidir en el magnífico cartel del festival de Glastonbury, también con Arcade Fire y muchas otras figuras de las que sacamos en este blog. Vienen días felices. Con buena música. A lo otro ni caso.

1 comentario:

  1. Jack White es el p... amo desde el principio, los otros no le llegan a la zapatilla. Héctor

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