jueves, 23 de diciembre de 2010

Paul McCartney triunfa en Nueva York

Ya contamos que Nueva York es una ciudad entregada a la beatlemanía y, sobre todo, a la memoria de su vecino John Lennon. En esta temporada de aniversarios -del nacimiento y muerte de John o del fin de los Beatles-, la gran manzana esperaba con impaciencia a Paul McCartney. Y Paul se metió a la ciudad en el bolsillo tres veces, tres, este mes de diciembre.
La primera fue su actuación en el mítico teatro Apollo, en el Harlem, un templo sagrado de la música que nunca había pisado sir Paul. El concierto fue todo un evento social que congregó a dos stones, Keith Richards (en la foto) y Ronnie Wood, junto a celebridades del mundo del espectáculo como Alec Baldwin, Jerry Seinfeld, Matt Damon, Jimmy Fallon, Chris Rock, Ben Stiller, John McEnroe, Patti Smith, Rob Thomas, Kevin Bacon, Steve Van Zandt (de la E Street Band) o Max Weinberg. Aquí lo cuenta Rolling Stone en inglés.
Paul se presentó en el Apollo como un chico inglés que idolatraba la música americana. "Hace mucho tiempo, en Liverpool, yo soñé con esto". Del concierto habla esta crónica local: "Paul hizo que los sueños se hicieran realidad".
Paul también triunfó en la televisión, y por dos ocasiones. Primero pasó por el programa Late night with Jimmy Fallon de la NBC y sorprendió a todos interpretando, por primera vez, Scrambled eggs (Huevos revueltos), la provisional y divertidísima letra, sin más propósito que hacer rimas fáciles, que sirvió para componer la inmortal Yesterday. La letra es algo así: “Oh, nena, cómo me gustan tus piernas/ Pero no tanto como me gustan los huevos revueltos/ Deberíamos hacer huevos revueltos y patatas fritas como gofres". También lo cuenta Rolling Stone, ahora en español.




Su otra aparición estelar fue en Saturday Night Live, de la CBS, uno de nuestros programas favoritos, puro teatro televisivo, con 35 años en antena. Paul cerró el programa, por el que pasan cada semana actores y músicos de primera fila, con un doble guiño a John: A day in the life y Give peace a change. Como cuando aterrizó con los Beatles para su gira americana en 1964, esta vez Paul llegó, vio y triunfó por igual en los escenarios y en los platós de televisión. Y esta vez, otra vez, la ciudad de los rascacielos le recibió como se merece.

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