martes, 7 de diciembre de 2010

El día que nos robaron a John

Dedicamos nuestro post número 50, que Guille los tiene bien contados, a nuestro beatle favorito, a nuestro músico favorito, a casi casi nuestra figura histórica favorita: John Winston Ono Lennon, porque mañana 8 de diciembre se cumplen 30 años de que el loco Chapman lo asesinara a la entrada del edificio Dakota, en que vivía con Yoko Ono y su hijo Sean. Recordarlo aún me pone la piel de gallina. Tenía 13 años y, tras oír hasta gastarlo el álbum rojo, acababa de descubrir al nuevo Lennon gracias al álbum que acababa de lanzar: Double Fantasy, con las maravillosas Woman, Beautiful boy o Just like starting over. Lennon había terminado cinco años de silencio en que se había dedicado a su familia, los cinco años que tenía su hijo Sean, cuando ese disco lo devolvió al primer plano. Es decir, cuando John era más mío, cuando acababa de sorprendernos de nuevo, ese idiota nos lo quitó. Y lloré pensando que mi gran ilusión, ver a los Beatles reunidos, ya no sería posible.



En su recuerdo peregrinamos el pasado verano hasta el Dakota Center y en su memoria Guille ha dibujado la histórica portada para la revista Rolling Stone, además de los retratos que adornan esta página. Guille quiere contar algunas cosas sobre ese día:

"Aunque yo no tuve la suerte de vivir la grandiosa época que explotó en la década de los 60 y los 70, yo también he perdido algo con esta muerte. Cuando Mark David Chapman apretó el gatillo, mató dos cosas diferentes: la música que había creado este artista y la que podría haber creado desde entonces. Me parece fundamental recordar este día tan especial para la gente que le interese la música, haya vivido o no el día, esta irrepetibe foto que disparó Anne Leibovitz el mismo día de su asesinato. Recuerdo aún el momento en el que mis ojos contemplaron por primera vez el lugar del asesinato del mayor icono del rock de su tiempo, la entrada al Dakota. Sigo con esa impresión desde entonces y cada vez que oigo canciones como All You Need Is Love o la maravillosa Imagine, me dan ganas de llorar. Hablando de la revista Rolling Stone, ya tengo el ejemplar de dicembre y, como deduciréis, la portada es la atrevida foto de John y Yoko conmemorando su trigésimo aniversario de su muerte. En él hay un amplio contenido de ese día momento a momento y una curiosidad que me ha impactado son las reacciones de varios artistas de élite como Chuck Berry, Frank Sinatra, Byll Wyman (de los Stones) o Ray Charles al enterarse de la trágica noticia. La de Sinatra es: "Me quedé helado al enterarme de la noticia. Lennon era un hombre con mucho talento y, por encima de todo, un alma noble". No solo por mi propia beatlemania y porque para mí es especial declaró esto, pero John ha sido y es, una de las personas más influyentes de la historia, no solo en el aspecto musical, sino mundiamente, para ganaderos, zapateros, bomberos, carpinteros, para todos. El joven que perdió a su madre con la edad de 18 años y que perdió comunicación con su padre durante más de veinte años. Este hombre de una vida breve pero puede que una de las más intensas. Este hombre que será recordado por su ideología pacífica y su grandiosa música durante siglos y siglos. Este hombre llamado John Lennon".

Con motivo de este aniversario, y de los 70 años de su nacimiento, se han escrito y hecho cosas muy interesantes. Por el Twitter de Yoko Ono supimos que en Islandia han inaugurado la Imagine Peace Tower, una torre de luz tan bonita como se ve enla foto y que puede seguirse en directo en esta web.

El Mundo ha estrenado un bonito especial sobre los Beatles que os recomiendo a todos (aunque esté hecha buena parte en Flash, malo para los iPaderos). Documentación, vídeos de canciones o biografías. Incluso una biografía imaginada, "El día que John no murió", en la que se retrata a un John que sobrevivió a los disparos de Chapman, grabó con Dylan y Cohen en Granada, se retiró en Islandia, dio un único concierto con los Beatles reunidos en 1999 y acabó comprando el Liverpool. "Genio y figura, no hace mucho escribía en su Twitter que preferiría vender a Fernando Torres que darle la mano a Paul McCartney".

En la biografía de verdad, la no imaginada, se cuentan cosas como esta: "Se sabía especial. «En el jardín de infancia yo ya tenía algo. Era distinto a los demás, toda la vida he sido distinto». Ese era el secreto. Que se parecía muy poco al común de los mortales («Me pasa algo malo porque veo cosas que las otras personas no ven»). Y que era consciente de ello («O soy un genio o estoy loco. No puedo estar loco porque no me han encerrado, luego, soy un genio»). Cuenta la leyenda que John Winston Lennon nació en la maternidad de Liverpool —la de Oxford Street— el 9 de octubre de 1940, mientras aviones alemanes bombardeaban la ciudad y tía Mimi corría arriesgando su vida por las calles para llegar a tiempo junto a su parturienta hermana. Mitología 'beatle', nada más. El estudio de las fechas demuestra que ese día no hubo bombardeos, pero el dato sirve para seguir alimentando el mito (...)".

En El País, Diego Manrique se empeñaba en derribar mitos e ironizaba sobre los intentos de Yoko Ono de endulcorar el recuerdo de John. Cuestiona Manrique esa etapa neoyorquina, la segunda mitad de los 70, en que John supuestamente abandonó todo para dedicarse a la familia. "La crónica oficial le sitúa, tras 1976, retirado del rock y reconvertido en 'amo de casa'. Pura propaganda feminista: los Lennon contaban con abundante ayuda doméstica y John nunca dejó de grabar. Las home recordings publicadas son generalmente maquetas de las canciones que saldrían a partir de Double fantasy, pero resulta que también usaba el magnetófono para fijar sus orígenes: registró gamberradas y temas de Chuck Berry, Everly Brothers o Lonnie Donegan, a veces con caja de ritmos. Mantenía afiladas las garras: impresiona Serve yourself, su reacción ante el Dylan fundamentalista. Hasta en su supuesta época de recluso, entre las paredes del edificio Dakota, John seguía haciendo música por placer. Era un rockero en el armario".
Sobre John ha escrito también esta semana el semanario Newsweek con un enfoque muy interesante: "El legado de la muerte de Lennon" (aquí en inglés). Habla de él no como el músico más importante del siglo XX, que no es poco, sino de su perfil como celebridad global, como experimentador de la fama en tiempos de explosión mediática, como icono ideológico, a lo que debió ayudar su sarcástico sentido del humor. La fama que le sorprendió, luego le gustó, que manejó con habilidad, de la que se burló, de la que renegó, la que al final le destruyó.
"Es la temporada de John. Ahora que la fecha de su muerte se acerca y los homenajes no han terminado, está claro que lo más revelador de este espectacular aniversario no es una versión remasterizada de Imagine. Es que su propia celebridad -la verdadera causa de su muerte- es todavía enorme y tan lucrativa que inspira este frenesí conmemorativo". Concluye: "La más duradera hazaña de John, además de todas esas canciones monumentales, no es que lograra convertirse en astronómicamente famoso. Fue el ejemplo que dio tomando el control de esa salvaje nueva forma de fama, hasta transformarla en algo funcional. Antes de Lennon, la fama era una recompensa por haber vendido muchos discos o entradas de películas o lo que sea. Después de él, la fama era un instrumento, algo que podía tocarse como una guitarra". Con razón la revista Time lo eligió como "persona de la década" al terminar los 60, título que también le dio la BBC (lo que dio lugar a esta extensa entrevista). Fue mucho más que un músico. Hoy, la diferencia entre vida y arte es más estrecha también gracias al genio de John.

¿Como terminar este post? Lo fácil sería Imagine, pero el John que a mí me mataron acababa de escribirme esta canción. Woman. John seguirá durante mucho tiempo más vivo que muchos que van por ahí caminando.




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