Se acaba este duro y extraño 2020, y aquí estamos con nuestro repaso a las canciones que más nos han motivado. Confinados como hemos estado tanto tiempo, recibíamos con más ansiedad las novedades musicales. No ha sido un mal año desde ese punto de vista melómano, aunque admitimos que nos cuesta encontrar obras maestras. Han regresado muchos grandes nombres, en avalancha podríamos decir: parece que las superestrellas nos debían algo, un remedio para la melancolía. Pero nos ha faltado algún descubrimiento de esos que te marcan por un tiempo. Alguno hay en esta lista, pero en general la cosa ha ido de veteranos. La lástima ha sido la ruina de la música en directo, a ver si la vacuna nos permite aglomerarnos de nuevo, que hay ganas de vivir y disfrutar. Vamos allá, esperamos vuestros comentarios.
1- The Strokes. Why Are Sundays So Depressing.
Empezamos provocando: vamos a llevar la contraria a la mayoría de listas de 2020, que han pasado por alto el regreso, siete años después, de la banda de Julian Casablancas. A nosotros el nuevo álbum, The New Abnormal, nos dio subidón cuando estábamos encerrados. Suenan como siempre, sí, no es que veamos gran riesgo, pero es que suenan tan bien como siempre. En esta crítica del álbum en Mondo Sonoro explican que la banda ha logrado un "pop plusquamperfecto por los que mataría cualquier banda de indie rock". Del disco podíamos haber elegido Brooklin Bridge to Chorus o la que más ha sonado, Bad Decisions. Pero nos quedamos con este tema porque nos llegó y porque dio en el clavo: la pasada primavera fue como una interminable tarde de domingo.
2. Bruce Springsteen. If I Was The Priest.
Otro regreso que nos tenía en ascuas era el del Boss con su banda de siempre. No teníamos grandes expectativas, confieso, porque sus mejores tiempos quedan muy atrás y hacía demasiado que no nos regalaba un disco redondo. Cuando habíamos perdido la fe, Bruce nos da este discazo. En palabras de Fernando Navarro: "Letter to You es, por encima de todo, la gran carta para todos aquellos que una vez gozaron de la leyenda de Springsteen y la E Street Band. Una carta escrita, cierto, por un tipo que supera los 70 años y que, pese a todos los vaivenes artísticos de años pasados, el peso de la fama y el paso del tiempo, todavía tiene fuerzas, talento y visión para hacernos sentir la música como si fuera la primera vez". Hay varios temas emocionantes, pero nos quedamos con este If I Was The Priest, una pieza recuperada ahora por Springsteen pero que compuso en... ¡1972! No os perdáis la letra (aquí traducida) con esa escena entre el Belén y el Western. Jesús el sheriff, María la tabernera que da misa los domingos y vende su cuerpo los lunes, forajidos que hay que perseguir y más historias chocantes.
3. Lucinda Williams. Man Without a Soul.
Otra de veteranos. Tiene 67 castañas la gran dama de eso que llaman Americana, pero no está nada acomodada. Su carrera en torno al country rock no es nada previsible, experimenta con nuevos sonidos, rompe barreras. Este tema nos convenció, como otros de su disco Good Souls Better Angels. Como dice Javier Márquez en Efe Eme, es un disco oscuro y afilado, con letras duras, con "las guitarras de Mathis en fiero diálogo con su voz firme y cargada de emociones dolientes". Otro temazo, si os quedáis con ganas de más, es You Can't Rule Me, un blues dedicado a Trump.
Pincha para seguir leyendo, que la lista continúa y hay mucho y muy bueno.
4. Drive-by Truckers. Thoughts and Prayers.
Seguimos mucho por aquí a estos chicos de Alabama que formaron su banda en Georgia, buen rock sureño al estilo de los Lynyrd Skynyrds, pero no esperes aquí banderas confederadas ni orgullo provinciano: esto es un rock comprometido con las causas progresistas y bastante cañero. Este tema fue el que más nos impactó de su último álbum, The Unraveling, una revuelta sonora contra el trumpismo que se lanzó con este vídeo lleno de activistas que recuerda las matanzas masivas y a los políticos que expresan sus "pensamientos y oraciones", pero no hacen nada. La respuesta es contundente: "Métete por el culo tus pensamientos y oraciones inútiles". Cosas del calendario, la canción irrumpió a la vez que el movimiento Black Lives Matters, que ya aparece entre sus imágenes. Esto sí que es estar en el lugar oportuno en el momento oportuno. Habrán disfrutado de la derrota de Trump, digo yo.
5. Bob Dylan. Murder Most Foul.
Por si faltaba algún gran nombre: en este 2020 Bob Dylan reapareció con su disco más ambicioso en mucho tiempo. Su voz cascada ahora se dedica más a recitar que a cantar, como el último Leonard Cohen, pero se nota un esfuerzo de completar un álbum monumental, Rough and Rowdy Ways, que algunos interpretaron como una despedida. No nos fiamos de eso, que a Bob le queda cuerda. Nos gusta el blues False Prophet, que fue acusado de plagio, como si en el blues pudiera inventarse algo. Pero tenemos que quedarnos con la canción más larga de la carrera de Dylan: "diecisiete minutos, 1.376 palabras, un prolijo relato sobre el declive de Occidente, donde el cantante repasa acontecimientos y figuras icónicas de sus años más intensos, los sesenta y los setenta", escribe Carlos Marcos. De Kennedy a Lennon, una visión de aquel tiempo convulso de la segunda mitad del siglo XX. Por si acaso no andáis bien de inglés, aquí con subtítulos.
6. Silvia Pérez Cruz. Mañana
Cambiamos de tercio, daremos un primer giro brusco. Nos encanta la voz de Silvia Pérez Cruz, que este año se marcó también, desde la bañera de su casa, una preciosa versión del No Surprises de Radiohead. Pero aquí buscamos la obra original, y se nos pegó esta bonita ranchera que compuso ella. Su nuevo disco, Farsa (Género imposible) es un trabajo "emotivo, pausado y de sonido limpio, donde la voz de la artista luce en todo su esplendor", dice esta crítica en Mondo Sonoro. Curiosidad: la canción está en Youtube desde hace dos años, y apareció en el documental Ana María Moix, passió per la paraula. Pero es lo más brillante del disco que hemos oído en 2020 y a eso nos aferramos.
7. AC/DC. Shot in the Dark.
Otro giro de guión, ya sabéis que nuestras listas no dividen entre géneros. Se echaba de menos a AC/DC, y no es que esperásemos que nos sorprendieran. Lo bueno de los australianos es que siempre son reconocibles, y en este 2020 nos han sometido a otra descarga de rock and roll que necesitábamos como nunca. La banda ya no cuenta entre sus miembros con Malcom Young, expulsado en 2014 y fallecido en 2017, y llevaban tiempo parados por los problemas de oído de su cantante Brian Johnson (a quien ya sustituyó Alx Rose en la última gira). Para colmo, el batería Phil Rudd tuvo problemas con la justicia y pasó un tiempo en tratamiento psiquiátrico. Vaya, todo estaba en contra. Pero se juntaron en el funeral de Malcom y comprobaron que todos tenían ganas de volver. El liderazgo sigue en manos de Augus Young, el hombre que no se cansa de crear energéticos riffs. Así apareció Power Up. Como dice aquí Mario Escribano, "los australianos son un estándar en sí mismos. Crearon un sonido propio a base de hacer simple lo complejo o, mejor dicho, hacer que parezca simple lo que quizá no lo sea tanto". Puede ser un disco de despedida, este sí, y ojalá el oído de Brian y la maldita pandemia permitieran una última gira. Hemos elegido esta canción que recoge el espíritu AC/DC de toda la vida.
8. Juan Perro. A morir amores.
Pues aún daremos algún giro más, ahora hacia ritmos latinos. Raimundo Amador, que lo fue todo con Radio Futura, es bajo su alterego un investigador de sonidos de la maravillosa isla de Cuba. Así que nos ha cautivado con esta canción tan tropical y caribeña que nos hace pensar en el viaje que no pudimos hacer. Su nuevo álbum es Cantos de ultramar, del que dice Fernando Neira: "una grabación sabrosísima, una filigrana evidente que Auserón ha urdido en formato de sexteto con una banda de neta filiación jazzística y dos efectivos encargados del capítulo de metales (saxo tenor y clarinete, uno; trompeta y fliscorno, su compinche). Puede que nunca vuelva a ser el artista de mayorías que conocimos al frente de Radio Futura, pero este cancionero, sobre todo ahora, es una lección magistral". Suscribimos y gozamos.
8. Daniel Romano. A Rat Without a Tale.
Vale, por fin un descubrimiento, un nombre nuevo, alguien de quien no sabíamos nada. La música de este canadiense es que nos ha sonado más beatle en todo el año (y hemos tenido nuevo disco de McCartney). Este canadiense remite a Harrison y a Lennon en su voz y en sus canciones, en la onda de los Beatles psicodélicos y pospsicodélicos, los del álbum blanco, vaya. No es su única referencia de la época dorada del pop. Aquí os habla Juanjo Mestre de su álbum How ill thy world is ordered: este tiempo de pandemia "fue también el determinante de que Daniel Romano explotase artísticamente de manera definitiva, cual si se tratase de una fiera que, al estar enjaulada, se torna más incontinente, más inquieta, más exaltada, más provocadora, más comprometida… asumiendo riesgos con una desinhibición que reclama poderosamente la atención".
9. Ray LaMontagne. Roll Me Mama, Roll Me.
10. Marcus King. The Well.
Si habéis llegado hasta aquí, habréis echado de menos -nosotros sí- más guitarreo. Ya sabemos que es difícil de encontrar hoy un protagonismo de las seis cuerdas distorsionadas como ha habido en otros tiempos. En esa onda, nos quedamos con este tema de Marcus King. Su último disco, El Dorado, ha sido producido por Dan Auerbach (Black Keys), que le ha llevado hacia un sonido menos áspero y más cercano al soul. Pero aún se permite descargas eléctricas como la de esta canción. En la crítica de Free Rockin' encuadran el álbum en "la mezcla de sonidos tradicionales de la música norteamericana, aura retro, y un pedal steel que cohabita con sintetizadores". Echan de menos al King más cañero, pero este tema desmiente que lo hayamos perdido.
11. Paul McCartney. The Kiss of Venus.
Por fidelidad no podíamos dejarnos fuera de la lista a Sir Paul McCartney, uno de los más grandes compositores vivos. Si nos seguís, sabéis que su carrera en solitario no acaba de colmarnos, salvo algunos destellos; llevamos medio siglo lamentando que su genio brillaba más cuando competía con sus colegas. Pero III, el disco que Paul grabó en el confinamiento, tiene mérito: toca todos los instrumentos y, esto es importante, no es pretencioso porque Paul conoce el valor de la sencillez. De él hemos elegido esta canción que tiene su sello. De este tema dice Fernando Neira: "El maccartiano militante levitará al llegar a The Kiss of Venus, que recupera ese característico arpegiado acústico patentado ya en tiempos de Blackbird".
Bonus track: el momentazo del confinamiento. Rolling Stones: You Can't Always Get What You Want
Cuando peor lo estábamos pasando, allá por abril, cada uno encerrado en su casa y atemorizado, nos emocionó mucho cómo los Rolling Stones aparecieron en el concierto One World: Together at Home, televisado a todo el mundo, y por el que desfilaron multitud de artistas desde el salón de su casa o, quien lo tiene, su estudio. Aparece Mick Jagger él solito con su acústica, y por la pantalla partida esperábamos a los demás: entra Keith Richards, luego Ronnie Wood... Vale, las tres guitaras. Pero después el batería Charlie Watts sorprendió con lo que parecía una batería invisible. ¿Nos estaban colando un playback? Alguno así lo creyó, pero eso no se correspondería con la leyenda de los Stones, que deben ser una de las bandas que más veces han tocado en vivo. Lo cierto es que debió haberlo grabado con antelación, otra versión habla de unos aerodrums, como de videojuego, una batería virtual para un evento virtual. Aquí se cuenta cómo funcionan. Esa fue la anécdota, pero la interpretación de ese viejo himno a la resiliencia brilló mucho en esa horrible primavera (otoño para los del hemisferio sur, no os olvidamos).
Os deseamos lo mejor en 2021, que haya salud, paz, amor y mucha música.
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