Llega a finales de noviembre West Coast Seattle Boy: The Jimi Hendrix Anthology, una caja con cuatro CD y un DVD que recoge grandes temas y muchos inéditos de Jimi Hendrix, probablemente el mejor guitarrista de la historia del rock. Como anticipo, hasta el 15 de noviembre en la web de El País se puede descargar Hear my freedom, una de las piezas nunca oídas. Alucina que siga saliendo material de Hendrix, cuya carrera apenas duró cinco años y ha sido exprimida hasta la saciedad.
Sobre la vida de Jimi Hendrix, propia del más trágico cuento de Dickens, escribió esta bella pieza Diego Manrique en 2007:
"Jimi nunca conoció un hogar convencional. Su madre, enferma de cirrosis, murió misteriosamente en 1958. Su padre nunca pudo mantener a su prole (tres de los críos fueron dados en adopción) y Jimi pasó, literalmente, hambre y frío. Le salvó la informal red de solidaridad existente en la comunidad afroamericana. En tal abismo de pobreza, le costó conseguir una guitarra miserable. Cuando le arrestaron por segunda vez en un coche robado, le ofrecieron el trato habitual: cárcel o alistarse en el Ejército". Eligió lo segundo y se declaró homosexual para escapar y recalar en la gran manzana, donde vivía de forma miserable.
"En Nueva York se forjó la alianza cultural de Hendrix, que se puede simplificar así: Harlem + Greenwich Village. Se había pateado el circuito negro tocando detrás de Little Richard, Solomon Burke o los Isley Brothers, pero también conectaba espiritualmente con el rock blanco; adoraba a Bob Dylan, incluso imitaba su peinado alborotado de Blonde on blonde. Dominaba el lenguaje de dos mundos, pero fue alguien del rock quien descubrió su excepcionalidad. Linda Keith, novia de Keith Richards, difundió incansable las maravillas de aquel guitarrista zurdo de vestimenta extravagante".
En Londres se consagró. "Él y la guitarra formaban un todo; disponía además de un creciente arsenal de efectos. Su capacidad de asimilación dejó boquiabiertos incluso a los Beatles: tres días después de su salida, tocaba ante ellos Sgt. Pepper en directo". Los siguientes años, hasta su estúpida muerte, "forman parte de la leyenda del rock. La ascensión de un músico prodigiosamente dotado y la caída de una estrella que se excedió en todo". Su legado cayó en el caos de su desordenado entorno familiar, lo que explica muchas cosas. Termina Manrique: "La obra de Hendrix adquiere sentido si se conoce su origen". Y tanto. Qué grande.
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