Desde las penúltimas peleas entre Jagger y Richards, expresamos nuestra confianza en que viniera la enésima reconciliación y no estuviera tan lejos un reencuentro de nuestros Rolling Stones. Pues bien, ya ha habido una excusa para que se junten de nuevo, lo que a su vez desata rumores de una nueva gira mundial. Los cinco Stones vivos colaboran con el disco Boogie 4 Stu, que Ben Waters ha editado en homenaje al "Rolling feo", como llamaban al pianista Ian Stewart, que acompañó siempre al grupo sin constar como uno de sus miembros hasta su muerte hace 25 años. Aquí sus compañeros versionan a Bob Dylan en Watching the river flow. Los Stones, en 2011, suenan así de bien, a viejo blues, a rock con raíces. (Si no puedes abrirlo pincha aquí):
Apodado Stu (coincidencia, como el Beatle perdido en Hamburgo), Stewart tocaba los teclados en la banda desde su fundación hasta que, en 1963, el manager del grupo, Andrew Loog Oldham, consideró que rompía la imagen del grupo (un tipo normalito y gordito rodeado de fascinantes canallas) y lo quitó de los créditos. Eso no fue su expulsión, sino su degradación a músico asalariado: continuó acompañando a la banda hasta su muerte en 1985 de un ataque al corazón. Les dijo: "Está bien, seguiré en segundo plano". Un tipo sencillo entre monumentales egos, que también colaboró con Led Zeppelin y otros grandes de la época, y que mereció más reconocimiento por su aportación a la edad de oro del rock.
"Su primer pecado fue llevar una dieta desordenada. Su segundo pecado fue ser feo", escribe en El Mundo José Fajardo. Según Diego Manrique, "su carácter de empleado no impidió que ejerciera de conciencia musical del grupo, insistiendo para que no se alejaran demasiado del blues que les inspiró; en esa eterna pelea, formaba bloque con los miembros más puristas, Bill Wyman y Charlie Watts".
Como suele pasar, no se valora a la gente hasta que se va. Tras su muerte, los Stones corrieron a poner su nombre entre los miembros de la banda en el Rock and Roll Hall of Fame y le hicieron homenajes en varias de sus obras posteriores. Ahora llega este disco tributo cuyos detalles podéis ver aquí, y que parece una jam session a la que se apuntan Mick y Keith, también Charly Watts, Ronnie Wood y... Bill Wyman, el bajista histórico que dejó la banda en 1993 y nunca pudo ser sustituido. Merece la pena escuchar, entonces, este regreso de los Stones al completo. Os dejamos con un vídeo que resume todas las piezas del disco. Bienvenidos de nuevo, Stones. Sabíamos que no os habíais ido.
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