Con todo lo anglófilos que se nos considere, que lo somos y mucho, sentimos enorme cariño por los rockeros en español. Y ahí Rosendo es una de las referencias absolutas, un mito de nuestra generación, un tipo auténtico por cuyas venas el corre rock and roll. Un vecino encantador y sencillo, que no parece creerse su leyenda: gran personalidad a la voz, uso del lenguaje sabio de la calle, carisma y una habilidad a la guitarra, mejor con distorsión, que nos remite al irlandés Rory Gallagher, por el que dijo sentir enorme admiración ("Yo compré la primera entrada para ver a Rory Gallagher en el Monumental. Estuve haciendo cola como un cabrón desde tempranito. Era mi ídolo"). Ahora repasamos su historia, pero vayamos antes con un vídeo (oficial, este sí) de aquella bonita noche de verano, el 10 de julio de 2017.
¿Qué os podemos contar de la trayectoria de Rosendo? Tenemos que resumir mucho para pasar a contar el concierto, pero este chico de Carabanchel fue una pieza clave del movimiento conocido como El Rollo, un resurgir del rock en el Madrid de los últimos años de la dictadura y primeros de la Transición.
Era un chaval de origen humilde, que mientras trabajaba de botones en una oficina intentó hacer estudios de ingeniería en ICAI, pero que sintió la llamada del rock and roll. Tenía 18 años cuando debutó en una banda llamada Fresa, que luego se convertirá en Ñu. Pero Ñu, liderada por José Carlos Molina, tiraba al folk-rock de aire celta de Jethro Tull. Rosendo discrepaba de ese planteamiento, se había ido a la mili, y a su regreso vio que no era lo suyo. Así que solo participó en el primer disco de Ñu. Esta es una de sus primeras apariciones: Ñu en Popgrama, año 1977. Aquí hay una breve entrevista en ese programa en la que Rosendo define el Rollo: "Que nos dejemos vivir unos a otros". Luego actúan (entonces había música en la tele pública, no como ahora) y sonaban así:
Entonces Rosendo formó su propia banda: un trío mítico cuyo nombre recordamos bien. Leño. El nombre viene de cómo Molina calificaba el sonido rockero de Rosendo: como un leño. Bueno, pues el trío se formó con Ramiro Peñas a la batería y Chiqui Mariscal al bajo, pero muy pronto a este último lo reemplazó Tony Urbano (de Coz). Uno de sus primeros éxitos, El Tren, había sido compuesto para Ñu (que también la interpretó). Así la tocaba Leño en 1979.
Leño fue todo un fenómenos social, que conectó al instante con los chavales de los barrios. Acompañaron a Miguel Ríos (junto a Luz Casal) en su gira 'El rock de una noche de verano', en 1983, y entre los tres movieron grandes masas. Aún así Leño tenía su público, el más fiel imaginable. En Madrid y no solo en Madrid. Va otro himno, cargado de desolación, llamado Es una mierda este Madrid.
En el concierto del Botánico apenas oímos dos canciones de esta etapa tan fecunda de su carrera, y es que él prefiere centrarse en su trayectoria como solista. Una pena: sus fans nos volvemos locos en cuanto reconocemos los primeros acordes de esos clásicos. Una de las canciones de Leño la oíamos esta noche en directo por primera vez, y es esta fabulosa Qué desilusión. Que recuperamos aquí como la interpretaba Rosendo, ya en solitario, en 1989.
En solitario, sí. En 1985 Rosendo decidió continuar por su cuenta, y prácticamente empezando de cero, porque como hemos dicho no aprovechaba en los conciertos más de un par de canciones de su etapa de Leño. En ese año, Rosendo publicó un gran álbum llamado Loco por incordiar. Que incluye otro de sus himnos para la posteridad: Agradecido (suele ser la penúltima de sus canciones en directo, la última os la decimos después).
La carrera como solista de Rosendo ha sido muy larga, y continúa hoy. Ha firmado 16 álbumes que incluyen muy buenas canciones. Pero confesaremos que la regularidad que alcanzó con Leño o con su debut en solitario, álbumes casi sin desperdicio, no le ha acompañado siempre. Es normal: no se puede ser genial siempre. Y admitiremos que Rosendo no ha intentado reinventarse ni una vez: lo suyo es este rock and roll directo, sincero y sin adornos. Así que no vamos a criticarle por mantener la coherencia. Otro de sus temas más redondos es este Flojos de pantalón que nunca falta en sus conciertos.
Más curiosidades: este rockero siempre tuvo cierta afición por el reggae, y en sus discos suele caer algún tema con ritmillo negro-caribeño. Como este Del pulmón. Tanto le ha dado al reggae que su hijo Rodrigo Mercado ha hecho carrera en este género.
Cuando llegamos a los jardines del Botánico teníamos el espíritu de quien se encuentra con un viejo amigo. No es para menos: desde los años 90 lo hemos visto al menos ocho veces (nos cuesta recordar todas: en Aqualung más de una vez, en Las Ventas un par de veces, en el festival de Rivas, en las fiestas del PCE, con o sin Burning...).
Como es un buen tipo y amigo de sus amigos, ha realizado colaboraciones memorables. Vamos a recordar dos pero habría muchas más: con Luz Casal (A la sombra de una mentira) y con Barricada (Entonces duerme, que canta El Drogas).
Ya que lo sacamos con Luz Casal, nos sentimos obligados a recoger otra joya de la videoteca, aunque esté en mala calidad. Aquí recuperan juntos uno de nuestros temas favoritos (de Leño): Entre las cejas.
Su obra más reciente, la del siglo XXI, nos fascina menos por lo que decíamos antes: cuesta ser genial durante 40 años, o quizás ocurre que a los más fieles se nos convierte en predecible. Tal vez ocurre también que cuando alguien ha colocado varias canciones en la banda sonora de tu vida ya no tiene muchas opciones de volverte a emocionar de aquella manera. Uno de sus temas recientes más resultones: Masculino singular, de 2011.
Rosendo nunca ha desconectado de la gente de la calle, sigue viviendo en su Carabanchel. Es un héroe allí, pero él es todo lo contrario a un divo. Buscad algunas de las muchísimas entrevistas que le hacen, y está claro que no se ha despegado un milímetro de sus raíces. Es un tipo tan sencillo que en su web oficial dice: "Esta biografía no es una copia de la wikipedia, es exactamente la biografía wikipedia de Rosendo Mercado. PD: (…es cuestión de tiempo, no de morro… que también)". Mejor que la de wikipedia es esta biografía en 40 Principales, aunque poco actualizada: se queda en el año 2000. Esta otra de Fonoteca es más actual y llega a 2013.
Ninguna recoge uno de los momentos que debió ser más memorable para él. En 2014 en Las Ventas se organizó un gran concierto en su honor para celebrar toda su carrera, y en el que ante una plaza abarrotada repasó muchos de sus clásicos (más de lo habitual); así que acabó con todas estas figuras junto a él: Luz Casal, Fito, Jarque, El Drogas... Os dejamos dos grabaciones de esa noche: la única oficial (Sufrido) y una grabación de aficionado del apoteósico final: Maneras de vivir.
¿Y, entonces, el concierto del Botánico? Más íntimo, en un entorno bonito y familiar. Casi lleno pero nada apretados, se podían pedir minis sin mucho agobio. Y él, como esperábamos: muy profesional, sonido contundente, carisma desbordante y pocos guiños a la nostalgia porque Rosendo no se cree su mito. En la primera parte del concierto (abierto con Aguanta el tipo, de 2001) no abundaron los superéxitos. De su nuevo disco sonó de las primeras Soy, con una de esas letras inteligentes y un punto enigmáticas que escribe.
Soy el alma dormida soy la sangre de la herida
soy hola y despedida
soy un ambulista insolente y transversor
amoral y tremendista
pretendido seductor
Soy el cántaro y la fuente
soy el suicida doliente
la luna y el sol naciente
soy protagonista figurante y productor
ayudante, guionista y por supuesto el director
soy un optimista, soy el gran embaucador
soy el dueño de la pista
soy el centro de atención
Pero vamos, no escuchamos superéxitos, decíamos, hasta que sonó la estupenda versión que firmó del No dudaría de Antonio Flores, que es algo así como el Imagine español pero endurecido por la guitarra distorsionada de nuestro Rosendo.
Luego fueron cayendo algunos de sus temas más clásicos: Y dale!, y uno que siempre nos gustó mucho: Cosita (La prima Elena).
Más cerca del final, Pan de higo. Siempre aparece entre las últimas su tema quizás más heavy, Navegando. Y para los bises no caben sorpresas: Agradecido, como os habíamos dicho, y la canción más inmortal de su repertorio, esta sí de Leño, toda una declaración de principios. "No pienses que estoy muy triste / si no me ves sonreír / Es simplemente despite, / maneras de vivir". Sabemos que ya la hemos puesto antes, pero aquí suena mejor,
Aquí os dejamos la lista completa de temas del concierto (se dice setlist). Y un par de crónicas de blogueros un poquito fans como nosotros: la de El Liberal de Castilla y la de El Mundano. En plan más profesional, en El Mundo escribe José Manuel Gómez. "Sigue siendo ese tío que empieza los conciertos como empezaban las clases los viejos maestros de la república, sin dar la brasa, sin dar las cosas por sentado. Y cuando el personal canta: 'Viva la revolución' el maestro Rosendo pone el dedo en la llaga: 'eh, que sois vosotros los que lo habéis dicho'. Como diciendo sois los dueños de las palabras que coreáis. La verdad es que no nos sabemos las canciones nuevas y el personal hace un acto de fe y corea: 'Rosendooo". Vale, algo de eso nos pasó. Pero, como bien termina la crónica: "Nno merece la pena perderse un verso así. No te vas de la misa cuando piensas comulgar".
Rosendo, otra vez, y nunca nos defrauda. No hay otro como él. ¿Que no todas sus canciones nos arrebatan ya? Claro: es imposible describir el entusiasmo que nos genera con más de una decena de himnos. El éxtasis no puede alcanzarse todo el rato. Nos vamos con uno de nuestros temas favorito: Sorprendente, que aquí (en su célebre directo en Jácara en 1989) deja cantar a los suyos. En realidad, Rosendo no suele ser sorprendente, sino auténtico. Grande. Larga vida al rey del rock español.
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