Tenían hambre de Beatles en México, donde McCartney ha parado dos días en su gira norteamericana. Cuenta La Jornada que 55.000 fans disfrutaron de lo lindo y que en la reventa las entradas alcanzaban precios de escándalo. Tal era la expectación que se instalaron pantallas gigantes en distintos puntos de la ciudad para que los aficionados sin entrada pudieran seguir el concierto, y estos abarrotaban algunas plazas (como la de la foto) ya tres horas antes de empezar.
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